¡Cuídate, la riqueza de Chile eres tú!, dice una engañosa publicidad del Consejo Minero, para que nos olvidemos que la riqueza de Chile es el cobre, y así ellos se puedan llevar esta espectacular riqueza en la indiferencia de los chilenos. Pero ahora con la catástrofe que ha significado el terremoto, centenares de miles de compatriotas que quedaron sin vivienda, se derrumbaron puentes, escuelas, hospitales, caminos, puertos, etc. y la reconstrucción de todo lo destruido demandará, según las primeras estimaciones, entre 15 mil y 30 mil millones de dólares.
La riqueza de Chile, la de hoy e incluso de mañana es el cobre, y del cobre podemos y debemos sacar los recursos que sean necesarios no solo para reconstruir, sino que para construir sobre mejores bases lo que se ha destruido y lo que haya que destruir por precaución. El cobre permite eso y mucho más. Desde ya sabemos que producto del alto precio del cobre de los últimos años, el país pudo ahorrar en el extranjero hasta antes de la crisis financiera mundial, alrededor de 25 mil millones de dólares, al menos ese es el monto que informaba la prensa especializada. Este ahorro nos dice que gracias al cobre y a Codelco, el país cuenta desde ya, con los recursos necesarios para la reconstrucción. En consecuencia, no es siquiera necesario plantearse la posibilidad de endeudarse en el extranjero para la reconstrucción, y por ello antes de dejar la presidencia es necesario que la Presidenta Bachelet, entregue una cuenta pública del monto exacto de esos recursos que se obtuvieron gracias al cobre y que se invirtieron en el extranjero, y cuanto es el monto actual que heredará el nuevo gobierno de Sebastián Piñera. Ante la magnitud de la reconstrucción, esta cuenta debe ser ineludible.
Pero por otro lado es necesario aclarar que dichos recursos no vienen exactamente del cobre, sino que principalmente de Codelco, ya que las mineras extranjeras, que producen los dos tercios del cobre chileno, casi nada aportaron a ese fondo, y es por ello, que ante esta crucial catástrofe, es necesario que esas mineras también aporten mediante un nuevo tributo que puede ser por 3 o 5 años, pero que sea sustancial y sea una ayuda importante que el cobre aporte a la reconstrucción del país. Y ya que la base naval de Talcahuano fue destruida, y que además se necesita tener las más moderna flota naval, el 10 % de las ventas que Codelco paga a favor de las fuerzas Armadas, se podría extender a todas las grandes mineras privadas por un período de 3 a 5 años. Este tributo tiene la ventaja que no está afecto a la invariabilidad tributaria que beneficia a estas empresas, mientras que el royalty si lo está. Y ahí si podríamos realmente decir que nuestro cobre, nuestra principal riqueza, está al servicio del país, porque hasta la fecha solo Codelco lo ha estado.
Durante la segunda guerra mundial el cobre chileno contribuyó en forma muy importante a su financiamiento, por imposición de los EEUU, guerra en la que nuestro país no participó pero que si ayudó a financiar con nuestro cobre, y esos aportes fueron considerables. En efecto, por imposición del Allied Metal Board, los EEUU le impusieron a nuestro país que vendiera su cobre a solo 11,7 centavos de dólar la libra, cuando el valor de mercado se situaba en alrededor de 25 centavos. Se calcula que las pérdidas que sufrió nuestro país por este bajo precio del cobre fueron de 600 millones de dólares, cuyo valor actualizado es alrededor de 11 mil millones de dólares. Es una suma extremadamente importante si consideramos que en ese tiempo la población chilena no superaba los 5 millones de habitantes. Pero eso no es todo, en la guerra de Corea en los años 50 se nos volvió a imponer un precio que significó perdidas para nuestro país por otros 300 millones de dólares de la época, que actualizados alcanzan a otros 4 mil millones de dólares.
Si gracias a nuestro cobre, pudimos aportar alrededor de 15 mil millones de dólares al financiamiento de los gastos de los EEUU en estas guerras, con mayor razón se impone ahora, que nuestro cobre contribuya de manera fundamental a la reconstrucción de nuestro devastado país, imponiendo por 5 años a las mineras privadas el mismo tributo que hoy solo Codelco está obligado de pagar: un 10% de sus ventas. En 5 años se lograrían recaudar también alrededor de 15 mil millones de dólares, lo que además sería una forma de recuperar lo que en el pasado se nos impuso para financiar guerras que no eran nuestras, mientras que ahora, la reconstrucción de las regiones siniestradas es también una batalla pero que es nuestra, de todos los chilenos, y en particular de la principal riqueza de los chilenos: el cobre.
Aunque, para que todos los recursos que genera el cobre puedan quedar en su totalidad en beneficio de nuestro país, la única solución sigue siendo su renacionalización total.
Julián Alcayaga O.
Economista
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