jueves, 28 de julio de 2011

Oscar Soto: “El suicidio de Salvador Allende fue un acto de inmolación”

Oscar Soto siempre mantuvo que el presidente chileno se suicidó aquel 11 de septiembre de 1973 cuando los militares tomaron el Palacio presidencial de La Moneda en Santiago de Chile. Casi cuatro décadas después de esos negros episodios, una nueva autopsia del cuerpo ha corroborado su versión, una versión, dice, “nada ortodoxa para la izquierda”.

| Actualizado 28 Julio 2011 - 17:39 h.
Oscar Soto siempre mantuvo que el presidente chileno se suicidó aquel 11 de septiembre de 1973 cuando los militares tomaron el Palacio presidencial de La Moneda en Santiago de Chile. Casi cuatro décadas después de esos negros episodios, una nueva autopsia del cuerpo ha corroborado su versión, una versión, dice, “nada ortodoxa para la izquierda”, que siempre mantuvo que había sido asesinado por los golpistas. Él -que trabajó como su médico personal durante muchos años- fue el que cruzó las últimas palabras con Allende esa mañana aciaga que desencadenó en un baño de sangre y que le obligó al exilio.

Afincado en Madrid, Oscar Soto, de profesión cardiólogo, tiene muy vivos los recuerdos de aquellos días. Él y toda su familia se vieron obligados a abandonar Chile tras el golpe de Estado militar. Fueron días intensos en los que su vida corrió un serio peligro y en los que pudo salir indemne. Soto ha relatado en exclusiva para nuevatribuna.es una experiencia difícil de olvidar hasta en los más mínimos detalles y cuyo interés hace que publiquemos en su totalidad.

Nuevatribuna.es | Isabel G. Caballero | Han tenido que pasar 38 años para que se corrobore la versión que usted siempre defendió, que el presidente Salvador Allende se suicidó el 11 de septiembre de 1973 en el Palacio de la Moneda. ¿Cómo ha recibido esta noticia?

“Allende me dijo, bajen en fila, yo bajaré el último”Oscar Soto | La izquierda curiosamente empezó a poner en duda la versión del suicidio y yo lo comencé a pasar muy mal, porque la verdad es que ya había escrito en el año 1998 un libro que se llama “El último día de Salvador Allende”. Intenté escribir en ese libro una cosa histórica y que, en algún momento, cuando pasaran cien años se supiera qué pasó el 11 de septiembre en el Palacio de la Moneda entre las 8 de la mañana y las 14 horas que murió.

“Yo tenía la certeza de que, cuando él muere, no había ningún militar en la segunda planta”Quería que lo que ahí se dijera fuera la verdad. Entonces reuní una serie de testimonios de personas que todavía estaban vivas y que habían estado esa mañana y escribí ese libro. O sea que, escribí, no mi versión, sino la versión de todos. Afirmé ahí cómo fue la realidad, que unos 30 segundos antes, un minuto antes, hablé con Salvador Allende que estaba en la segunda planta -porque a mí me habían tomado preso en la primera- y me preguntó qué pasaba, entonces le contesté, -los militares han tomado la primera planta y nos dan 10 minutos para que ustedes bajen y nos rindamos. Entonces el presidente me responde: -bueno, bajen en fila, yo bajaré el último. Y en ese momento lo veo que se mete en una especie de saloncito un poquito más chico que se llama el Salón de la Independencia, y cuando voy bajando siento un par de balazos. Te lo digo francamente, no puedo saber si fueron balazos de su suicidio -porque había muchos otros balazos en ese momento, no podía distinguir-, pero tenía la certeza de que cuando él muere no había ningún militar arriba, en la segunda planta, ni ninguna persona extraña al grupo de seguridad de personas que lo acompañaban.
Entonces, la tesis de que lo hubieran matado o que hubieran contribuido a -como dice algún periodista-, a completar un suicidio que fue incompleto y que otro le pegó un tiro, me parecía absolutamente descabellado. Y lo escribí. Lo escribí en esa edición del año 98, así que estos momentos los he vivido con mucha angustia hasta ayer por la tarde [se refiere al martes 19 de agosto cuando se conoció el resultado de la autopsia] que me llamaron de Chile y me dijeron: -mira, aquí te mandamos todo ya solucionado. Isabel Allende, la hija, me dijo: -mira Óscar aquí tienes todo.

¿La familia estuvo siempre de acuerdo con su versión?
Sí, la familia estaba totalmente de acuerdo porque yo les conté la realidad. Fui médico de Allende antes de que fuera presidente, o sea que, cuando me incorporé al equipo de Allende,  tenía una cierta relación de amistad, más que con él, con su hija médico, Beatriz, que después se suicidó en Cuba el año 77.

"El suicidio no era la versión ortodoxa para la izquierda"Entonces yo tenía una relación de amistad grande con Allende porque le acompañé a todas partes como médico personal. Me fui con él a Naciones Unidas, Méjico, Cuba, la Unión Soviética, a Marruecos, a Rabat, anduve en todas partes con él y lo acompañaba cada vez que hacía un viaje también en Chile, desde Santiago a Monte Arena. En esos viajes largos siempre lo acompañaba.

Yo lo había escrito, pero apareció una serie de gente que decía que no; no decían directamente que yo estaba mintiendo, pero afirmaban otra posibilidad, que en el fondo era lo mismo, y además algunos fueron un poquito más osados, dijeron no, es que los médicos, generalizaron, hicieron un pacto con el general que tomó La Moneda, entonces ellos están libres porque asumieron la versión de la Junta militar, y el entonces General, Javier Palacios, los dejó en libertad.

Es decir, que la versión primera que se da es el suicidio.
La versión primera que se da es la de la Junta, que Allende se suicidó, y era la verdad. Esa es la versión que entrega la Junta, lo que pasa es que, claro, no era la versión ortodoxa para la izquierda.

No era la versión heroica.
No era la versión heroica por así decirlo. Eso es verdad. Después aparece otro periodista que dice: -no, es que Allende intenta suicidarse pero queda moribundo y uno de sus compañeros es el que le pega otro balazo en la cabeza. Yo que había leído la necropsia hecha en la noche del 11 de septiembre en el hospital militar, hecha por un hombre muy respetado desde el punto de vista profesional, el doctor Tobar, que era el jefe del instituto médico legal, un hombre que yo estoy seguro que él no iba a dar una versión falsa aunque lo presionaran e incluso le costara la vida. Y él dice lo que tenía que decir. Y después también una investigación de los detectives, la policía civil, también coinciden con esto. Los mismos militares designaron un fiscal que autorizó la autopsia, además se hizo una investigación y se llegó a la misma conclusión, que coincidía con la nuestra, los que estuvimos con él.

Entonces, usted le deja en ese Salón de la Independencia y, ¿alguien vio que tenía un arma?
"Allende andaba todo el tiempo con un fusil AK47 que le había regalado Fidel Castro”Bueno, él andaba todo el tiempo con un arma, un fusil ametralladora AK 47 que le había regalado Fidel Castro. Pero cuando ha pasado el tiempo la gente comienza a incorporar a su memoria cosas que escucha y que inmediatamente comienza a pensar que son verdad. Entonces, personas de confianza de Allende como Juan Enrique Garcés, que fue su asesor político dijo que no. Y otro muy amigo de él, un español republicano de toda confianza, Víctor Pey, un ingeniero, también lo negó: no puede ser esa metralleta porque estaba en un lugar que nosotros llamábamos Cañaveral que era una casa como de campo que tenía Allende hacia la Cordillera así que no podía haber estado en La Moneda. Yo, por precaución, no puse ni siquiera en el libro que se había suicidado específicamente con esa metralleta, sino que puse que había sido una AK47 sin más. Sin embargo, ellos dijeron, no puede ser el AK que le regaló Fidel Castro. Pero tanto su hija como el jefe del servicio de investigaciones que estaba ahí y que conocía el arma, dijo que era el AK47 regalo de Fidel. El perito balístico británico David Pryor declaró públicamente hace pocos días que el rifle era el que le había regalado Fidel Castro.

Pues bien, amigos tan cercanos comienzan a establecer algunas pequeñas dudas y se despierta mucho interés de alguna gente por decir no, esto no está claro. Por otra parte, yo tenía mucho interés en que se supiera la verdad porque lo había firmado, pero no era una cosa de orden personal, de orgullo personal ni mucho menos, es que creo que a todos los presidentes de la República que mueren en las circunstancias que murió Salvador Allende, el Estado tiene el derecho y la obligación de hacer una investigación completa, objetiva y de calidad técnica, y eso no se había hecho.

Y en realidad tampoco se ha hecho a impulso del gobierno chileno sino que ha sido la familia la que ha presionado. ¿Es así?
"Lo que no hizo el gobierno de concentración lo termina financiando un partido de derecha"Sí, pero hay que reconocer que a pesar de que Piñera [El presidente chileno Sebastián Piñera] es un hombre de derechas, ha dado todas las facilidades y todos los recursos para que se contrataran todos los expertos internacionales, se les pagara lo que corresponde y lo ha financiado el gobierno de derechas, de Piñera, así que él se puede apuntar un tanto. Lo que no hizo el gobierno de concentración donde estaba el Partido Socialista de Salvador Allende, resulta que lo termina financiando un partido de derecha.

Sí, es curioso.
En Chile todos los políticos se conocen. Isabel Allende, por ejemplo, es amiga del presidente Piñera. Son rivales políticos pero son amigos. Incluso Piñera le preguntó a Isabel: -¿Y tú y la familia estáis de acuerdo con que se haga una exhumación? Isabel dice: -Sí, categóricamente estamos de acuerdo.Entonces, vamos adelante con esto.

¿Usted ha colaborado también de alguna manera en el proceso?
Sí, sí. El Ministro Carroza [Santiago Mario Carroza] estableció una relación conmigo. A un hijo mío que vive en Chile le pidió mi libro, se lo mandé y lo leyó. Después, curiosamente, me tocó ir por un asunto familiar y tuvimos una conversación de unas tres horas. En ese momento se me ocurrió que yo tenía en Madrid una cosa que podía tener importancia, y que de hecho la tuvo bastante. Conservaba entre algunas cosas personales de Salvador Allende, algunas cosas que todavía conservo y que él me regaló, unas radiografías dentales del año 71 entre mis papeles y pensé que podía ser importante para la identificación del exhumado. Se lo entregué a Carroza y resulta que el odontólogo forense que trabajaba en la investigación hizo fotos del cráneo de Allende y eran calcadas.

¿Por qué cree que Allende decidió suicidarse?
"Era una persona que no iba a retirarse ni a renunciar a su mandato democrático"Hay varios motivos. Uno, el político. Salvador Allende era una persona que no iba a retirarse ni a renunciar a su mandato democrático electoral. Él había sido elegido presidente por una mayoría relativa. El Congreso lo había confirmado ya por mayoría absoluta y en ese momento él no iba a ceder a ninguna presión, ni extranjera ni nacional.

Ahora, ¿qué ocurría conjuntamente con esto? Allende no toleraba que le pudieran decir alguna cosa ofensiva. Recuerdo que en algún momento, en un viaje que hicimos, en un viaje corto a Valparaíso, íbamos caminando en un grupo, y había unos empleados bancarios que estaban ahí y cuando cruzó Allende le dijeron: -¡Maricón! Allende se volvió y le pegó un bofetón. Su reacción inmediata fue agresiva.

Él tenía un temperamento muy fuerte. Cuando vio la situación definitiva, militarmente perdida, tomó dos decisiones: una, impedir que eso fuera una masacre, para los civiles que estábamos ahí; y después su inmolación.

Creo que había muchas cosas… Y luego yo -quizás es una cosa de mucha subjetividad-, tuve la sensación, en los últimos contactos, de que él estaba un poquito deprimido.

Cuándo dice contacto, ¿se refiere al mismo día?
No. Algunos días previos. Una tarde, me fui para conversar con él, a preguntarle cómo veía la situación. Estábamos conversando ahí solos y en un momento determinado me dice: -Doctor, y ¿usted tiene pasaporte?, ¿y su familia tiene pasaporte? -Pasaporte reciente no, tenemos pasaporte antiguo, que están vencidos, están caducados y que había que renovar. -Yo le recomendaría que sacaran pasaporte. Y en ese momento yo no le di atribución y le dije: -No, presidente, no voy a sacar pasaporte porque si su médico personal comienza a sacar pasaporte a estas alturas, es una cosa pública, entonces qué va a decir la prensa. Mire, no, no, yo no puedo hacer eso, no voy a hacerlo por razones obvias. Pero después lo estuve meditando, por qué me estaba diciendo eso, ¿qué elementos tendría en su pensamiento…? Lo notaba un poquito bajo, un poquito deprimido diría yo.

¿Intuía algo, quizá?
Sí. Y no solamente eso. En algún momento él se dio cuenta de que la derecha había focalizado -como suele ocurrir en algunos otros países- en una persona el conjunto de los males del país. Y esta persona era él.
Probablemente el informe que presentará el ministro Carroza sobre esto -que tiene más de 500 páginas-, va a tocar todos estos aspectos psicológicos del asunto.

Nos ha contado a grandes rasgos cómo era la persona. Pero, ¿cómo describiría la figura política de Allende?
"La derecha había focalizado en una persona el conjunto de los males del país"Allende era un demócrata, toda su carrera la había hecho en el Parlamento chileno, al comienzo como diputado pero después fue siempre senador de la República. No era un hombre que pudiera pensar que los cambios en Chile se iban a hacer por una vía revolucionaria como la que había implementado Fidel, o que trató de implementar Ernesto Guevara en Bolivia, no. Él no, él pensaba que en Chile las condiciones eran distintas. Chile era un país muy organizado, muy formal, la gente respetaba mucho las leyes y la ley electoral, y todas esas cosas funcionaban bastante bien. Allende pensaba que la posibilidad de un cambio importante en Chile tenía que hacerse por la vía electoral y respetar todas las creencias religiosas y políticas, todo el periodismo tuvo amplia libertad durante todo su mandato. La mayor parte de las cadenas de televisión, la mayor parte de la prensa escrita y la mayor parte de las radios eran de la oposición. El gobierno era absolutamente minoritario en eso. Y la televisión nacional chilena, similar a la que hay aquí, estaba formada por un ente que garantizaba el acceso de la oposición. Tampoco era una cosa que Allende pudiera manipular y no lo habría intentado porque no estaba dentro su criterio.

Allende participó con los partidos de la Unidad Popular en un proyecto que no tenía capacidad de defensa militar. No era posible defenderlo militarmente si las Fuerzas Armadas se unían para dar un golpe. Ese día, cuando ya estábamos en La Moneda, Allende preguntó: -¿Y qué será de Pinochet?, ¿estará preso Pinochet?, ¿los golpistas lo habrán tomado preso? Esto no lo sabíamos nadie. [Pinochet había asumido recientemente la comandancia del Ejército].

Pero Pinochet encabezó el golpe, ¿no?
"Pinochet es un político que tiene muchas características personales con Franco"No, no fue la cabeza inicial. El golpe surgió de la Marina, que era la que tenía relación más directa con Estados Unidos, con la CIA. Además, la Marina americana estaba en el Puerto Valparaíso ese mismo día porque se iban a hacer unas maniobras conjuntas, pero nadie sabía en qué terminaba esta maniobra conjunta.

Pinochet es un político que tiene muchas características personales con Franco. De una frialdad enorme. Es un hombre que puede matar sin que le tiemble la mano. Es un arribista, trató de ser masón pero la Masonería no lo aceptó y desarrolló un odio grande contra la Masonería. Luego se dedicó a ser un ferviente católico. Tenía en la cabeza, en gran medida, lo que había hecho Franco después de abril del 39 como norma, que hay que eliminar físicamente al enemigo. Eliminó a mucha gente, mató a mucha gente. Pinochet se sube al golpe militar en los últimos tres días, cuando él se da cuenta de que si no se sube, se aísla. Se sube y progresivamente se monta la Junta, que es de cuatro, él va escalando, va adquiriendo roles cada vez más importantes.

Oscar, nos ha contado las últimas palabras que le dijo el presidente, ¿cuántas horas pasó allí?, ¿cómo fueron esas últimas horas? Usted llegó a primera hora de la mañana al Palacio de la Moneda.
Sí. Llegué porque desde la casa del presidente llamaron a mi casa, y la telefonista me dijo: -Doctor, el presidente dice que se vaya a la Moneda porque él se va para allá. Me fui para allá y tuve dificultades para entrar porque los carabineros tenían pequeños cercos y entré alrededor de las ocho y cuarto de la mañana, aproveché que llegaba una de sus hijas en un coche, que la dejaron pasar, y yo me metí en el coche, y entré. Desde ese momento estuve allí hasta que todo terminó.

¿Cuándo llegan las primeras informaciones sobre el golpe?
Lo primero que se sabe del círculo oficial del presidente es que había un levantamiento de la Marina, que ya había copado los lugares más importantes de Valparaíso y Viña del Mar. En esos momentos, Allende habla varias veces por radio, pidiendo tranquilidad, pidiendo que los obreros no abandonen sus lugares de trabajo. Tengo la certeza que cuando a las 9 de la mañana hay un bando militar firmado por los principales jefes del Ejército, ya no había nada que hacer, no hay posibilidad de resistencia popular. La gente no tiene armas y si hubieran salido a las calles habría sido una masacre. Entonces, es cuando Allende entiende que su responsabilidad es muy grande, en cómo evitar el mayor número de pérdidas humanas, porque los militares, si veían a personas con una actitud contraria lo fusilaban de inmediato en la calle.

Y en su caso personal, ¿qué sucedió? Porque me imagino que usted también corrió bastante peligro. Me refirió al tiempo que transcurrió después de que Allende se suicidara.
"'Les pasamos el tanque por encima', nos amenazaban los militares"Una vez que él muere, lo que hicieron fue destruir el Palacio presidencial, pero físicamente a mí no me pasó nada, tampoco a mis compañeros. Excepto un par de muchachos de la guardia del presidente Allende, que habían herido. Ellos tuvieron más pérdidas, porque los militares que asaltaron el Palacio de la Moneda sí que murieron porque algunos los civiles que custodiaban a Allende disparaban desde la ventana.
Entonces nos sacaron a todos a la calle, nos pusieron contra el muro del Palacio y nos tiraron al suelo. Había tanques y algunos militares decían: -les pasamos el tanque por encima, que sé yo, amenazas. A unos 80 metros vi muchas cámaras de periodistas por lo que era muy difícil que se arriesgaran a una brutalidad de esa naturaleza.
Después, el General Palacio tuvo una actitud bien curiosa porque hizo levantarnos a todos los que éramos médicos y yo estuve conversando con él. Entonces me mostró -me acuerdo-, su mano derecha y me dijo: -mire lo que me pasó aquí, casi me sacan la mano. Lo que tenía era un rasguño de una bala… Su herida de guerra... [ironiza].
Y entonces, el general Palacio dice: -entiendo que ustedes estén aquí porque son médicos y como puede haber heridos, ustedes están cumpliendo su función que es la de curar a esta gente, igual que yo. Yo recibo órdenes de mi comandante y jefe y me dicen: usted, señor Palacio, tiene que tomar la Moneda y yo la he tomado, la he tomado y. también he cumplido con mis funciones.

¿Pretendía justificarse?
Claro, estábamos haciendo como un paralelo entre los derrotados, que éramos nosotros y él. Y en ese momento dice: -bueno, vamos a hacer lo siguiente, por qué no entregan su DNI a un oficial que lo apuntará y luego ya quedan en libertad. Eso ocurre como a las cinco de la tarde, después de estar varias horas tendidos en el suelo. Y los médicos nos fuimos en libertad, fuimos los únicos que nos fuimos.

¿Ya se sabía que Allende estaba muerto?
Sí, sí. Se sabía. Se sabía desde las dos de la tarde. Yo lo sabía perfectamente porque cuando bajé la escalera y venían otros detrás de mí, se puso detrás de mí un hombre que yo lo apreciaba mucho, que era el intendente del Palacio. Él estaba llorando y le pregunté: -¿qué pasa, Enrique?, ¿por qué lloras?, y me dijo: -el presidente ya ha muerto, está muerto. Y entonces me di cuenta que al retirarse Allende, después de nuestra conversación, se había ido a un lugar y se había disparado. No había otra posibilidad. Nadie del ejército le había disparado y nadie entró después a ese lugar.

Luego nos fuimos caminando. Había toque de queda en todo el país. Yo le dije al general Palacio: -general, que a la primera de cambio, nos va a coger una patrulla del ejército y nos va a meter presos. -No, díganle que yo los he dejado en libertad. Y salimos caminando y conversando entre nosotros. No sabíamos qué hacer. Yo tenía un amigo que iba conmigo, que también era médico y me ofreció su apartamento que estaba a tres manzanas. Y ahí pasé la noche del 11 de septiembre.

¿Cuándo fue consciente de que tenía que salir del país?
Esa noche, cuando estábamos ahí empezaron a aparecer los bandos, y en uno de ellos, me parece que fue el número 19, aparecía mi nombre, doctor Oscar Soto. Tenía que presentarme en el Ministerio de Defensa. Ahí tuve dudas aunque no me sentía culpable de nada, no había cometido ninguna irregularidad.

¿No se sintió en peligro?
En peligro tampoco. Era el médico personal de Salvador Allende, pero él no me pagaba por ser su médico, teníamos una relación distinta, no era funcionario del gobierno, no había cometido ningún dolo, nada. Empecé a llamar a algunas personas y me dijeron que tenía que presentarme: -tú vas ahí, te van a interrogar seguramente y luego te van a dejar en libertad, me dijeron.

"¡Todo esto de los senadores, diputados, congreso, todo esto se ha terminado en este país!, gritaban"
Al día siguiente, 12 de septiembre, al mediodía, bajé. Había un vehículo grande del ejército y me encañonaron: -¿no sabe que hay toque de queda?, - -le dije yo- pero estoy en un bando, un bando del ejército que me dice que tengo que presentarme al Ministerio de Defensa. -Muy bien. Me subieron ahí y me llevaron al Ministerio. Y ahí me pasó una cosa que también tiene sus connotaciones. En la entrada, había una ventanilla y un oficial que me pregunta: -¿y usted quién es?, - soy el doctor Óscar Soto, -¿y por qué está aquí?, -es que estoy en un bando, -¿en qué bando?, me dice, -en el bando 19 y me dicen que me presente, -¿y cómo se llama usted?, -me llamo Óscar Soto Guzmán. Entonces el oficial me dice, -mire, usted no está en este bando, -si estoy ahí, -no, mire, aquí hay un señor que se llama doctor Óscar Soto, ¿y usted no me dice que se llama Óscar Soto Guzmán?, váyase porque no está en este bando, váyase inmediatamente. Y entonces yo como me sentía sin carga de ningún tipo, le digo -no, no, ese soy yo, -no hombre, usted váyase le estoy diciendo, que se vaya, me dice. No me daba cuenta que quería que me fuera. De alguna manera despertó algún grado de empatía conmigo. Nunca he vuelto a saber nada de él. Él quería salvarme de que entrara al Ministerio de Defensa, pero se cansó, llamó a un par de soldados y les dijo: -acompañen al doctor a la planta 11 donde está el servicio de inteligencia militar, suba doctor, suba. Cuando estaba arriba, de repente se abre la puerta del servicio de inteligencia y pasa un señor que conozco, que es el general Lutz, y me dice: -¿usted qué hace aquí, por qué está aquí?, repito la historia y a los soldados que me acompañaban les dice: -¿ustedes por qué lo están apuntando?, retírense, el doctor es un hombre de bien. –Doctor -me dice- le queríamos preguntar algunas cosas, por qué no pasa a la habitación de al lado que lo vamos a interrogar.

Ahí me instalé 5 horas sin que nadie me preguntara nada, y en esas 5 horas me di cuenta de que nunca debía de haberme presentado porque los que llegaban ahí a esa habitación eran maltratados y algunos pasados al sótano donde los fusilaban, sobre todo a la gente joven. -¡Estos desgraciados, comunistas –decían- que trataron de poner una bomba en una central eléctrica, para abajo! Después entraron unos parlamentarios y llegó uno de los más importantes dirigentes del Partido Socialista que se llamaba Aniceto Rodríguez y le pegaron un culatazo al pobre señor que tenía 65 años, cayó de bruces: -¡todo esto de los senadores, diputados, congreso, todo esto se ha terminado en este país! -le dijeron-, ¡levántate!.
Había una violencia enorme y me había metido por torpeza pero de alguna manera estaba todavía indemne.

"Los que estaban en el bando 19 era para mandarlos a la isla de Dauson, presos al sur de Chile"
Después me interrogó el coronel Castro. Me preguntaron qué había pasado en La Moneda, que yo ya lo había contado, y que lo sabían ellos. Tuve la impresión de que quería cotejar versiones. Y por otra parte tenían mucho interés en sacarme la información de si yo había disparado desde el Palacio de La Moneda a los militares. Me di cuenta de que ese podría ser un delito para ellos muy grande. Siguieron interrogándome pero no me hicieron ningún daño físico ni psicológico, ninguno. Me dijeron: -espérese un momento doctor. Vamos a traerle después en un momento la copia para que usted la firme. Llegó el coronel, ya era de noche, serían las nueve, entonces el coronel me dice: -por qué no lo lee, si usted encuentra que algunas de las cosas que nosotros hemos apuntado que le pudiera perjudicar, bórrela -me dijo-, y después lo firma. Prácticamente no borré nada, porque no había dicho nada. Y en ese momento cuando me dice eso yo me paro, le digo: -coronel Castro, muchas gracias, hasta luego. Entonces el hombre se sorprendió: -¡pero, cómo, usted no se puede ir!, y le dije: -he venido voluntariamente, ustedes me han preguntado lo que han querido, he respondido a todo, he firmado mi declaración, entonces me dijo, -no, es que los que están en este bando 19, la Junta los está juntando para mandarlos a la isla de Dauson, presos al sur de Chile. –No soy dirigente político, no soy ni ministro, ni subsecretario ni director de ninguna cosa, médico común y corriente. -Sí, pero usted estaba muy cercano al presidente, -le pido que me devuelva el DNI: -no, no, no, el DNI no se lo podemos devolver.

Estoy en eso, cuando de pronto la puerta se abre y entra un militar con ese gorro prusiano que usa el ejército chileno, se cuadra y me dice: -¿qué haces tú aquí? Resulta que era un compañero médico amigo mío, era médico militar y bastante de izquierdas. Le cuento la historia mientras escucha el coronel Castro que le pregunta si me conoce: -sí, sí, somos condiscípulos, es una gran persona, y hace un elogio desmesurado de mí, y el coronel contesta: -llévese usted al doctor al domicilio de él detenido, no puede salir de su casa. Está detenido, tiene que quedarse en su casa.

"Alicia prepara un par de maletas porque nos vamos de este país, tenemos que salir"De ahí me llevó al apartamento donde había dormido la noche anterior. Ahí me dejó y al día siguiente contacté con la viuda de Salvador Allende, con Hortensia, sabía que estaba en la casa del embajador mejicano, y me dijo que fuera inmediatamente con Alicia, mi mujer, y con mis 5 hijos a la casa del embajador. Salí, llamé a mi mujer, que curiosamente estaba con una persona que después fue presidente de Chile, con Ricardo Lago, éramos muy amigos y estaba en la casa de él, se había refugiado ahí. Y entonces le dije: -Alicia prepárate, entra en la casa, prepara un par de maletas porque nos vamos de este país, tenemos que salir.

A media de la tarde del día 13 de septiembre entré en la embajada mejicana. Y ya me olvidé de mi paisito, porque no pude volver hasta el año 1986, no me dejaron nunca más volver. Allí estaba toda la familia de Allende. Méjico había fletado un avión especial para llevar a sus técnicos que estaban en Chile y a la familia Allende, y resulta que cuando el avión iba a salir en un momento me dice: -mire, tengo hueco para que salga Alicia y los niños, pero a usted no lo dejan salir. -Bueno, que vayan ellos y ya esperaré yo aquí. Que se vayan.

Nos trataron muy bien. Los españoles que había en Méjico de la República fueron muy generosos, ya habían ubicado a mis hijos en el colegio Madrid, tenían toda una estructura montada. Mi suegro que era español republicano y que estaba en Chile tenía relaciones de amistad con algunos de ellos, así que yo me quedé tranquilo porque ese tiempo no les iba a faltar nada, y la generosidad del gobierno mejicano para con nosotros fue enorme, realmente inconcebible.

¿Y cuánto tiempo permaneció antes de salir?
"No pude volver a Chile hasta el año 1986"Tuve que permanecer más de un mes, hasta el 16 de octubre. Cada vez que iba el embajador mejicano a obtener los llamados salvoconductos que tenía que firmar me decía: -a usted no le autorizan, -bueno, esperaremos. Hasta que hice una gestión. Un profesor mío, el doctor Francisco Rojas Millega, era un hombre de derechas. Le llamé y se lo conté: -¿por qué no lo dejan salir?, -es que no me dan el salvoconducto, -¿y quién tiene que darle el salvoconducto?, -creo que Enrique Bernstein.

Bernstein era un hombre que había colaborado mucho en el gobierno de la Unidad Popular, pero era de derechas, entonces llegó el golpe y se quedó en el Ministerio de Asuntos Exteriores, no era el ministro pero era muy importante. Y me dijo: -yo mañana a las 8 estoy en la casa de Quico Bernstein (eran muy amigos) es paciente mío y lo conozco mucho y le voy a decir que te firme el salvoconducto.

"La generosidad del gobierno mejicano para con nosotros fue enorme"
 Efectivamente, la próxima vez que fue el embajador yo tenía el salvoconducto firmado por el Ministerio de Asuntos Exteriores pero los miembros de las fuerzas aéreas no nos dejaron salir a pesar de que tenía firmado el salvoconducto, por orden del general Lizt, tachándome de delincuente común. Total que se armó un lío muy importante, que fue también muy significativo porque Méjico aludió a los tratados internacionales. El embajador mejicano llamó por teléfono al presidente mejicano. Eran las 11 de la noche. Y nosotros escuchamos: -sí, muy bien presidente, sí presidente, se hará lo que usted dice, decía. -Mi presidente dice que no hay ninguna transacción, salen todos porque eso es lo que exige el gobierno mejicano. -Se quedan aquí y nosotros no los vamos a dejar salir, dijeron los otros.

Pasamos la noche ahí entera, tumbados en un rincón. El embajador tomó la precaución de llamar a otros embajadores para que nos protegieran. Llegó el embajador de Venezuela, el de Guatemala, llegó hasta el del Vaticano y se quedaron toda la noche con nosotros. Y como a las 10-11 de la mañana del día siguiente, un oficial se acercó al embajador mejicano y le dijo: -embajador, la Junta en este momento está reunida y quiere que usted vaya a explicarle la situación. Y el embajador le dijo: -mire, dígale a los miembros de la Junta que yo no tengo nada que explicarles, ellos tienen claras las cosas.

Al final la Junta cedió y nos embarcamos en el avión mejicano después de pasar en el aeropuerto desde las 9 de la noche del viernes, hasta las 15 horas del sábado. Así que así salimos, así salí yo hacia Méjico donde llegué a las 2 de la madrugada.

miércoles, 27 de julio de 2011

LA EDUCACIÓN SE HA CONVERTIDO EN MERCANCÍA Y PUENTE IDEOLÓGICO LOS INDIGNADOS UNIVERSITARIOS CHILENOS PROPONEN UNA NUEVA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN

Miguel Ángel Soto.

 A propósito de las manifestaciones de los estudiantes universitarios chilenos, es importante indicar que los indignados  no solo  buscan la educación pública y gratuita que garantice el pleno acceso a los  conocimientos científicos o técnico que la sociedad globalizada demanda. También buscan  que esa vieja dicotomía entre la educación pública y  privada desaparezca para contrarrestar  la desigualdades económicas y sociales que hoy  vive el país. Asimismo  están planteando una nueva dimensión social de la educación en una sociedad cognitiva y globalizada, donde los valores agregados se miden sólo por el grado de conocimientos científicos y tecnológicos de sus habitantes, olvidando que el tránsito pedagógico entre el conocimiento  técnico, científico y académico  y los verdaderos saberes culturales no están  reflejadas en las políticas gubernamentales de educación.

 Ellos demandan al Estado chileno y a las universidades existentes en el país que  se incluya los valores   de la diversidad, la alteridad y la interculturalidad  que son  saberes  que provienen desde lo local y desde la propia cosmovisión cultural chilena. Lamentablemente el Gobierno Chileno, a través del Ministerio de Educación,  insiste en imponer el modelo privatizador educacional, sin entender que la lógica privada elimina estos saberes culturales,   liquidando y despedazando  el proyecto de los que ellos mismo llaman la  unidad nacional; y es que el modelo privatizador discrimina  a los chilenos,  forjando racismos de todo tipo, clasismos y xenofobias que acaban finalmente  expresándose en los  propios establecimientos educativos y en la sociedad en general.

 No hay que olvidar que la sociedad globalizada es un concepto ligado a la producción  del mundo capitalista, donde la educación es una mercancía y al mismo tiempo es un puente ideológico que pretende alienar a cientos de millones de ciudadanos en el mundo. Los indignados chilenos están pensando en una educación que provenga desde lo local. Es decir, que respete las diversidades culturales existentes en el país, proporcionado las herramientas con las que el ser humano pueda enfrentarse a un mundo altamente tecnificado y diverso y así  poder resolver   cualquier situación que se le presente. Galeano planteaba que “la función más noble del arte es educar la mirada”[1],  por lo tanto la educación debe ser liberadora y autocritica que permita desarrollarse y buscar una autentica democracia, que hoy Chile necesita y demanda, una educación basada en la ternura y la creatividad.
 No se puede permitir que el individuo viva en un limbo moral, sin criterio, sin opinión, sin herramientas técnicas, sin capacidad de pronunciarse.

 Finalmente, la sociedad que proponen los estudiantes es dinámica y  cambiante en su estructura. Es una sociedad capaz de proporcionar herramientas para interpretar nuevos códigos y símbolos, sin permitir que estos sigan siendo apropiados  por las clases de  elite, que siempre  han boicoteado constantemente  “la educación para todos”. Será el momento en que la educación tenga una verdadera dimensión social.

 Extraordinaria  la propuesta de los indignados universitarios,  bien por  ellos y todos nosotros.



lunes, 25 de julio de 2011

Chile requiere una Nueva Constitución

Marcelo Díaz

En paralelo a las emocionantes y masivas protestas de los últimos
meses -expresión evidente del enorme descontento de la ciudadanía-
comunidades, etnias y organizaciones sociales están recurriendo
permanente a la justicia o al Congreso Nacional,  a fin de conseguir
amparo y resguardo a derechos que muchas veces damos por obvios, sea
por estar establecidos en la Constitución, sea porque están contenidos
en Tratados Internacionales.

Legos y no legos, damos por supuesto que tenemos garantizados
constitucionalmente derechos de capital importancia, tales como el de
vivir en un medio ambiente libre de contaminación; no ser
discriminados por orientación sexual, género o etnia; a tener una
educación,  obligatoria,  gratuita, laica y de excelencia; entre
muchas otras.

Lamentablemente, esto no está ni cerca de ser así.

La aprobación de HidroAysén y otros proyectos depredadores del medio
ambiente, un sistema de financiamiento de la educación basado en el
lucro o las discriminaciones arbitrarias -ratificada por el Tribunal
Constitucional- en materia de post-natal, evidencian las debilidades
de nuestra institucionalidad, sea para brindar amparo a las garantías
constitucionales sea, simplemente, para evitar que una norma o
autoridad de jerarquía inferior, vulnere nuestros derechos
fundamentales.

Si consideramos, además, la ilegitimidad de origen de la Constitución
Política vigente y la convivencia dentro de ella de estos derechos
fundamentales -básicamente decorativos-con una serie de normas,
elevadas a rango constitucional, cuyo único norte es garantizar la
invariabilidad, ad eternum, del cuerpo constitucional que nos legara
una dictadura horrorosa y vergonzante, podemos hablar de que estamos
en presencia de una parálisis o crisis constitucional.

La carta fundamental chilena está, indignantemente, blindada por
normas que coartan la participación política, trampas legislativas,
quórums imposibles, controles constitucionales, cuyo único norte,
parece ser, reducir la expresión de la voluntad soberana,
exclusivamente, a elecciones y plebiscitos, éstos últimos limitados a
casos de laboratorio que explican porque nunca han sido convocados. Y
sabemos que el sistema electoral chileno no contribuye a que en estas
instancias se desborde la diversidad, la pluralidad de valores, ideas,
creencias y esperanzas que han encarnado – huérfanos de apoyo
político- los estudiantes, los defensores de bosques y ríos, los que
han marchado por la igualdad de derechos.

Requerimos una nueva Constitución. En verdad, la hemos requerido desde
siempre.

Si hay un hilo conductor, una quimera, una epopeya que ha
caracterizado la Historia de este país ha sido el requerimiento de los
excluidos por ser considerados como parte de un poder constituyente.

Se intentó el año 1828, con la hermosa constitución liberal de José
Joaquín de  Mora. Entre 1833 y 1924 distintos partidos y visiones
políticas fueron tomando el relevo para limitar el poder omnímodo de
la oligarquía y recuperar parte de lo robado al pueblo en Lircay.

La Constitución del 25, que nos rigió hasta que las llamas consumieran
La Moneda, fue impulsada por una Asamblea autoconvocada por obreros,
gremios y estudiantes, que luego fuera traicionada por los mismos que
se han autoasignado el poder constituyente desde siempre.

Como se ve, la demanda y los intentos por llevar adelante una
instancia participativa, democrática y pluralista donde se defina
colectiva y democráticamente las reglas básicas de nuestra convivencia
no han estado ajena a nuestra historia.

Tampoco lo están hoy en la esfera de las aspiraciones de otras
naciones. Países de regímenes tan disimiles, como Colombia y Venezuela
han concluido exitosamente sus procesos constituyentes, mientras que
Islandia se apresta a vivir este proceso validando a las redes
sociales como instrumento formal de expresión de la voluntad soberana.

¿Seguiremos, entonces, los chilenos constituyéndonos en la excepción,
en un caso patético -incluso objeto de estudio- de anquilosamiento
jurídico-institucional, de desconfianza en la voluntad popular?

¿Sumaremos a nuestros blasones de haber sido de los últimos países en
contar con Ley de Divorcio, Institucionalidad Ambiental o impuestos a
quienes se hacen de nuestra riqueza minera, el dudoso honor de
permitir que sigan envejeciendo y apoltronándose normas que
representan la particular visión de un puñado de personas, de hace ya
más de 30 años?.

Diez diputados de la oposición, en representación de muchos otros
parlamentarios y, especialmente, de miles de ciudadanos, no estamos
dispuestos a ello y hemos dado un primer paso, presentando un proyecto
de reforma constitucional que permita iniciar un proceso de Asamblea
Constituyente en Chile.

Nuestra propuesta es simple: que se pueda convocar a una Asamblea
Constituyente mediante una ley aprobada por la mayoría de los
Diputados y Senadores en ejercicio o por la iniciativa de al menos
quinientas mil firmas de ciudadanos. Asimismo, proponemos que la nueva
Constitución, redactada por la Asamblea, sea ratificada, mediante
plebiscito, por la mayoría absoluta de los sufragios válidamente
emitidos (Boletín 7792-07).

Se ha abierto una pequeña puerta, pero necesitaremos todas las
voluntades, toda la creatividad, toda la persistencia que hemos visto
en tanto héroe anónimo en las calles, colegios, universidades y plazas
de nuestro país, para evitar que se cierre.

Atendido los elevados quórums necesarios para aprobar esta reforma
constitucional es ilusorio pensar que será posible sacarla adelante
simplemente empujando su tramitación legislativa del modo habitual en
el Congreso. No veo razón para que aquellos que detentan el poder de
veto y el control de los cambios en Chile los entreguen así sin más.
Será necesario escribir una y mil cartas, firmar peticiones hasta que
seamos millones, y levantar la demanda de la Asamblea Constituyente en
todas y cada una de las movilizaciones por un Chile más justo y
democrático.

Tal vez no se logre pronto, quizás devenga en un asunto generacional,
en algo que se trasmite de padres a hijos.

Pero al menos hemos comenzado y depende sólo de nosotros que avance.

lunes, 18 de julio de 2011

Una sórdida manera de privatizar CODELCO

Desde hace ya más de un año he sostenido que el Sr. Diego Hernández y toda la cohorte de ejecutivos de diversas transnacionales mineras que hoy están en el Directorio, la presidencia, vicepresidencias y diversas gerencias de CODELCO, llegaron a la Corporación para conseguir lo que siempre han perseguido, su privatización.
También he sostenido que esta privatización se llevará a efecto destruyendo la empresa por dentro, endeudándola, y vendiéndola por partes. CODELCO no pude ser privatizada por ley porque se requiere una reforma constitucional para lo cual el gobierno no cuenta con los votos necesarios.
El plan de inversiones revelado por el Presidente Ejecutivo está concebido para endeudar inútilmente la empresa. Considera invertir unos 16 mil millones de dólares en los próximos 10 años, mediante el endeudamiento. El objetivo de esta cuantiosa inversión: mantener la producción actual o incrementarla ligeramente. Este es un claro indicio de destrucción de la empresa, por la siguiente razón. Las mineras extranjeras han invertido en total alrededor de 20 mil millones de dólares desde 1990 a 2010, pero aumentaron la producción en 3,7 millones de toneladas, es decir que invirtieron 5.400 dólares por tonelada producida. Pero Diego Hernández desea invertir 16 mil millones de dólares, mediante endeudamiento, solo para mantener la misma producción. Es muy posible que toda esa inversión la realicen empresas contratistas, amigas de los amigos. Tan colosal inversión para objetivos tan menguados, no puede sino tener un solo objetivo: endeudar la empresa para destruirla desde adentro.
En cuanto a la privatización por partes ya la comenzaron con la venta de Edelnor, del yacimiento Inca de Oro y la proyectada venta de Minera Gaby.
Existe otra forma de destruir la empresa: consiste en perder dinero en los mercados de futuro del cobre. No todo el mundo pierde, desde luego, porque lo que CODELCO pierde lo puedan ganar nuevamente empresas amigas de los amigos.
El 25 de marzo pasado, en la presentación de los resultados de CODELCO para el ejercicio 2010, su Presidente Ejecutivo Sr. Diego Hernández no dijo una palabra de posibles pérdidas en los mercados de futuro. Deduje que dichas pérdidas podrían existir al comparar los resultados de los ejercicios 2009 y 2010. Tomando la producción y el precio observados el 2010, los ingresos por ventas de este ejercicio son inferiores en por lo menos tres mil millones de dólares,.a lo que se debiese constatar. Deduje que esa “rara” caída de los ingresos por venta se debía a pérdidas en los mercados de futuro, ya que estos se contabilizan, -extrañamente y de una manera extra contable- como disminución de las ventas, sin ser reflejados en ningún ítem del Estado de Resultados.
Para comprobar que estas deducciones eran correctas, encontramos -con la ayuda de un contador auditor- a analizar la Memoria de CODELCO para el año 2010, depositada en la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).
Pudimos comprobar que nuestras sospechas eran ciertas. Al analizar las Notas a los Estados Financieros, comprobamos que por el año 2010 hay contabilizadas pérdidas en mercados de futuro contabilizadas por 1.042 millones de dólares, y que además existen otros 2.316 millones de dólares expuestos o aprovisionados como pérdidas para los ejercicios 2011 y 2012.
Sin embargo, los organismos encargados de fiscalizar y auditar estos estados financieros, - auditores independientes, Deloitte, la Superintendencia de Valores y Seguros, Cochilco, o el Servicio de Impuestos Internos no habían detectado ninguna pérdida en estos mercados. Es más, al final de la Memoria 2010, existe una Declaración de Responsabilidad del Directorio, sin ninguna mención a dichas millonarias pérdidas.
¿Cómo pueden estas instituciones decir que no fueron capaces de detectar estas pérdidas, si nosotros, con menos recursos, pudimos encontrar la información en la Memoria de CODELCO depositada en la SVS?.
El pretexto para efectuar operaciones en los mercados de futuros de metales, es que ello se hace para proteger los precios de las fluctuaciones del mercado y minimizar los riesgos financieros. Sin embargo, en los hechos, en un mero pretexto técnico o financiero para realizar transacciones en las que deliberadamente se pierde dinero a favor de escogidos operadores de esos mercados. “Proteger” el cobre de las fluctuaciones de precios sería concesible si en el tiempo hubiesen pérdidas y ganancias, y que al final de un ejercicio contable, las pérdidas fueran marginales. Pero ello no es así. Las pérdidas son colosales y durante el 2010 CODELCO solo supo perder, pero jamás ganar.
Por lo fraudulento de las pérdidas en los mercados de futuro, y su utilización para el traspaso doloso de utilidades entre empresas relacionadas, llevó al FMI a recomendarles a los países subdesarrollados legislar para reintegrar este tipo de pérdidas como “gasto no necesario para producir la renta”. ¡Desde hace ya más de 30 años!
Lo extraño de todo esto es que las actuales autoridades de CODELCO, tanto en el Directorio como en la Presidencia, Vicepresidencias y gerencias, son ocupadas por los profesionales más expertos y con más vasta experiencia que haya jamás había tenido CODELCO, y no pueden alegar que se equivocaron en sus análisis de mercado. Precisamente porque son los mejores expertos.
Solo nos queda esperar que los operadores o empresas que ganaron lo que CODELCO perdió, no estén relacionadas con BHP Billiton, Anglo American, Rio Tinto, Xtrata, empresas de donde proviene la mayor parte de los actuales ejecutivos superiores de la Corporación.
Ante la imposibilidad del apoyo del Congreso para privatizar CODELCO, (¡Dois me oiga!), las brillantes mentes que hoy dirigen la empresa, crearon una nueva forma de privatizar con la venia del Ministro Goldborne: destruir CODELCO desde adentro. Eso está en marcha, pero felizmente los trabajadores de CODELCO y el país están despertando de un largo sopor.

Julián Alcayaga O.
Economista

Diputados de todas las bancadas de oposición presentaron un proyecto de ley de reforma constitucional para convocar a Asamblea Constituyente

La iniciativa del diputado PS Marcelo Díaz, tiene el propósito de generar las condiciones para que Chile cuente con una Constitución “plenamente democrática” y que “refleje fielmente las aspiraciones y demandas de los ciudadanos”.

El proyecto de ley de reforma constitucional para convocar a una Asamblea Constituyente fue presentado este jueves en la oficina de partes de la cámara, contando con el pleno respaldo de toda la Bancada Socialista. Pero también fue suscrito por los jefes de las bancadas de la DC, Aldo Cornejo, del PPD, Pepe Auth, del PC, Guillermo Teillier y del PS, Alfonso De Urresti. Además de la subjefe de la bancada del PRI, Alejandra Sepúlveda, del diputado radical, Marcos Espinosa, del diputado Independiente Sergio Aguiló, el timonel del PS, diputado Osvaldo Andrade y el diputado Marcelo Schilling.

Según explicó el diputado Díaz, autor de la iniciativa, la propuesta busca convocar a una Reforma Constitucional por la vía de una ley de quórum calificado en el Parlamento o por la presentación de 500 mil firmas de ciudadanos. Una vez aprobada la Asamblea Constituyente, se debería aprobar una nueva Constitución, la cual, según el parlamentario, “será plenamente democrática” y de “origen legítimo”. Así como también “deberá reflejar de manera fiel las aspiraciones constitucionales de los chilenos, respondiendo de paso a las principales demandas de los ciudadanos”.

El diputado Díaz recalcó que “no sólo queremos más participación, sino también un sistema político que se haga cargo de poner término a las profundas desigualdades que hay en Chile”. Además, agregó que “estamos convencidos que Chile vive una parálisis constitucional y llegó la hora de que nuestro país cuente con una constitución auténticamente democrática y no hay otro mecanismo que una Asamblea Constituyente”.

En la oportunidad, la subjefe de la Bancada del PRI, Alejandra Sepúlveda planteó que “hoy la ciudadanía nos están demandando una participación mayor, tanto en reformas constitucionales, como en la reforma a la educación y el lucho. Ya que no hemos podido hacerlo en estas cuatro paredes del Congreso, queremos que la ciudadanía defina una nueva constitución y esperamos aprobarla en el Parlamento”, indicó.

En tanto, el timonel del PC, diputado Guillermo Teillier señaló que este proyecto responde a un espíritu democratizador como el que ha estado presente en la presentación de otros proyectos, como la nacionalización del cobre, las reformas al sistema electoral y el plebiscito.

“Hoy se propone una Asamblea Constituyente que es la antesala para tener una nueva constitución y si fuéramos capaces como parlamento de dar estos pasos, indudablemente que nos estaríamos acercando mucho más al sentir ciudadano y podríamos revertir la lejanía con esta institución, porque  no responde a las expectativas ciudadanas y creo que estos pasos van a servir para eso y elevar el papel que realmente debe jugar en nuestro país”, aseveró Teillier.

Por su parte, el diputado PPD Pepe Auth, sostuvo que “buena parte de los problemas que tiene Chile en materia de educación, salud, desarrollo regional, y acción productiva del Estado, entre otros, tienen que ver con la Constitución, y el problema de nuestra Constitución es su pecado original, ya que fue generada entre cuatro paredes a espaldas de la ciudadanía”.

“El concepto de fondo que está planteado esta reforma, es que las Constituciones son el marco de referencia que guía a los países, y por lo tanto, tienen que ser decididas democráticamente por toda la ciudadanía, permitiendo que se pueda abrir paso a una generación democrática de una nueva Constitución”, afirmó Auth.

Comentario al margen: Sorprendente, por fin el PSCh y  diputados de varios partidos de la concertación reconocen oficialmente lo imprescindible de una nueva constitución,  mediente una Asamblea Constituyente con amplia participación ciudadana. Es la unica manera para lograr una democracia plena y resolver problemas fundamentales de los/as chilenos/as , como son la educación, salud, vivienda y garantizar los derechos de los trabajadores y de todos/as los/as ciudadanos/as, donde que explicitamente reconocido los derechos de las minorías étnicas.

domingo, 17 de julio de 2011

viernes, 8 de julio de 2011

Día de la Dignidad Nacional 2011


A 40 años de la Nacionalización del Cobre te invitamos a conmemorar el "Día de la Dignidad Nacional", 2011 “Con todas las luchas, Chile está en la calle”, el día 
Sábado 9 de Julio, a las 19:00hrs. en el Teatro Cariola, San Diego 246. 

Nos acompañarán el grupo Napalé, Francisco Villa, Banda La Deuda, Evelyn Cornejo, Eduardo Yañez, Flopy, Pasto Seco, Joaquín Figueroa, Claudio Martínez y Alonso Nuñez.

Por la Asamblea Constituyente para un Nueva Constitución que nos permita la recuperación de los recursos naturales, la lucha de los pueblos originarios, la educación
 pública y gratuita para tod@s, que nos entregue soberanía política, social y económica. Estos y muchos más son los tópicos que dan inicio a una campaña de unidad
 y coordinación de las organizaciones políticas, ciudadanas y populares que están por la Construcción de un Nuevo País.

 La entrada es liberada y gratuita.

Invitan:

ASAMBLEA DE IZQUIERDA
  • PAIZ, Partido de Izquierda
  • BRISA, Brigada Salvador Allende
  • G80, Generación 8
  • MAP, Movimiento Asambleas del Pueblo
FEUTEM, Federación de Estudiantes Universidad Técnica Metropolitana
MEI UC, Movimiento de Estudiantes de Izquierda Universidad Católica
REVISTA EL HORMIGUERO


*En el acto habrá un stand para recibir alimentos no perecibles y frazadas para solidarizar
con colegios y universidades que actualmente se encuentran en toma.
 
¿Por qué no esta el Partido Socialista de Chile?
 Son las revindicaciones prioritarias del pueblo chileno, y especialmente de la juventud que esta presente en el día a día de protestas, marchas, tomas de liceos y universidades, etc.