CARTA ABIERTA A LOS/AS FUNCIONARIOS/AS PÙBLICOS
A tres meses de asumir el gobierno del Presidente Sebastián Piñera, tenemos más de 1.500 trabajadores/as del Estado despedidos arbitrariamente. Hemos representado esta grave situación ante numerosos personeros de gobierno, empezando por el Presidente de la República, sin obtener solución hasta el momento. La única explicación que encontramos de las autoridades que han cursado estos despidos, es la necesidad de hacer espacio para “su gente”.
Se ha atacado a los más vulnerables de entre nosotros, aprovechándose de la precariedad laboral en que nos dejaron los gobiernos de la Concertación que hicieron oídos sordos a las demandas de ANEF. Se argumenta que se trataría de operadores políticos, cargos de confianza o que sus labores no se justificarían, ¡TODO ELLO ES FALSO!. Se trata de colegas a contrata u honorarios: auxiliares, chóferes, administrativos, técnicos y profesionales, que realizan labores permanentes, cumplen jornada de trabajo, son evaluados y su labor es controlada por las jefaturas de las que dependen. Muchos de ellos, ingresaron por medio de procesos de selección, han sido capacitados y están altamente calificados para cumplir sus labores.
Los/as afectados/as han sido sometido a un trato indigno y vejatorio, violentado sus derechos humanos y laborales básicos. No se ha considerado su evaluación de desempeño, antigüedad, proximidad a jubilar, condición de salud, violando incluso los fueros maternales y licencias médicas. ¡ESTE ABUSO DEBE PARAR! ¡NO ACEPTAMOS ESTA “NUEVA FORMA DE GOBERNAR”!
Desde su fundación, la ANEF, esta comprometida con el fortalecimiento del Estado y la calidad de los Servicios Públicos en favor de los/as ciudadanos/as, particularmente de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Afirmamos que el Empleo Público no puede ser “Botín” de quienes ganan las elecciones. Que somos trabajadores/as del Estado y no de los gobiernos de turno, que la Estabilidad Laboral y el Trabajo Decente son una garantía para la continuidad y la calidad de las prestaciones que el Estado debe entregar.
El Presidente Piñera comprometió, en su Carta Abierta a los/as Funcionarios/as Públicos/as, entregada en las puertas de nuestros servicios:
“Sé que a muchos les han dicho que, de triunfar nuestra candidatura, los servicios públicos donde laboran serán cerrados, sus plantas disminuidas o ustedes, derechamente, despedidos. Todo ello es falso y constituye una campaña del terror y un abuso de poder que daña al servicio público y a nuestro país. (…) En nuestro futuro gobierno todos los funcionarios públicos –ya sean de planta, contrata u honorarios – serán respetados en sus derechos y promovidos en función de sus méritos.”
Exigimos que se cumpla este compromiso que fue ratificado por el Presidente en La Moneda en reunión con la ANEF y ante nuestra Asamblea Nacional.
La situación por la que atravesamos, no es sólo un problema de quienes han sido despedidos/as. Lo que está en juego en este conflicto provocado por las actuales autoridades, es la Calidad del Empleo Público y que el Estado siga cumpliendo adecuadamente sus tareas y funciones a favor de la gran mayoría del pueblo chileno.
Estimados colegas, es necesario solidarizar activamente con las asociaciones que han asumido la defensa de sus compañeros/as despedidos y tomar conciencia de que la expulsión de cientos de funcionarios(as), además del drama personal y familiar que ello significa, es una amenaza a nuestros derechos y representa un peligro para la estabilidad de todos/as.
Hoy es el momento de movilizarse, derrotar el miedo, la tristeza y la apatía. Es una oportunidad para transformar la indignación en unidad y capacidad de lucha, para exigir solución, para que no continúen las exoneraciones e impedir que la arbitrariedad se instale como base de las relaciones laborales en el Estado.
"Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí"
D I R E C T O R I O N A C I O N A L A. N. E. F.
SANTIAGO, JUNIO 2010
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