domingo, 23 de mayo de 2010

“La Armada le mintió a Chile. El Comandante en Jefe es responsable y Ravinet lo está encubriendo”

Luis Mariano Rendón, impulsor de la campaña:

 


Lanzan Iniciativa Ciudadana para la destitución del Almirante González y acusan a ministro de Defensa de encubrimiento por caso Tsunami.
Por Patricia Roa
La iniciativa que se ha organizado a través de internet, se denomina “Acusación Constitucional al Comandante en Jefe de la Armada” y se emplaza en la red social Facebook. Ya agrupa a más de 1.500 personas y participan en ella profesionales de distintas áreas que se han abocado a analizar toda la información que ha salido a la luz pública. Se encuentran a la espera de ser recibidos por la Comisión Especial Investigadora de la Cámara de Diputados y la semana entrante se reúnen con el equipo de fiscales designado por el Ministerio Público para investigar los hechos.
Diario Uno conversó con uno de sus impulsores, el abogado Luis Mariano Rendón.
¿Cuál es la motivación que tuvieron para impulsar esta iniciativa?
Nos motiva la profunda indignación que sentimos de ver cómo se pretenden escabullir las responsabilidades en hechos tan graves y que causaron muertes de chilenos y daños muy considerables en unidades de la Armada de Chile. La información está disponible y entonces cualquiera que
la analiza llega a la conclusión de que las negligencias son monumentales e implican a la Armada en su conjunto, no sólo al SHOA. Intentar eludir las responsabilidades y mentirle al país sólo puede partir de una de dos suposiciones: piensan que los chilenos somos estúpidos y no vamos a darnos cuenta de lo que ha sucedido o que somos tan cobardes que aún dándonos cuenta, nadie se atreverá a decirlo. En lo que respecta a nosotros, no guardaremos silencio y agotaremos todas las posibilidades para que se haga justicia y vuelva a regir en Chile el principio de la responsabilidad del mando. Sólo así, a futuro, nuevos mandos tendrán cabal conciencia de sus obligaciones con Chile.
¿Por qué dicen que se le ha mentido al país?
La Armada ha dicho que su error fue sólo levantar la alarma. Eso es falso, pues en realidad, la Armada nunca dio una alarma de tsunami. El fax de las 04.07 que envía el SHOA a la ONEMI dice textualmente: “Fue de magnitud suficiente para generar un tsunami, se desconoce aún si se ha producido, si se diera la posibilidad de ocurrencia, situación que sería informada oportunamente, las horas estimadas de arribo serían…”, y luego señala una serie de horarios correspondientes a diversos puertos de Chile. Es decir, dicen que “informarán oportunamente” si se da la “posibilidad de ocurrencia” de tsunami. Eso, en realidad, es más bien un mensaje tranquilizador, que deja al receptor en una situación de espera, pendiente de una nueva comunicación. Esa nueva comunicación, que avisaría “oportunamente”, nunca llegó.
¿Los horarios que se señalaban en el fax de las 04.07 no eran alarmantes en sí mismos?
Por el contrario, en ese aspecto el mensaje era más tranquilizador aún, pues al revisar los horarios previstos de llegada de las olas, uno se percata que varios ya habían sido superados a las 04.07 y otros estaban a 4 minutos de serlo. Es decir, si la Armada de Chile me informa que de haberse producido un tsunami las olas ya habrían llegado, por ejemplo, a Talcahuano y yo sé que en Talcahuano la Armada tiene una gran base naval, tengo que deducir lógicamente que ya en esa localidad no se ha producido tsunami. Eso obviamente es muy tranquilizador. No era posible pensar que ya las olas hubiesen arrasado ese puerto y que la Armada no me lo dijera en el fax.
Esto deja de manifiesto una gran falla de las comunicaciones de la Armada…
Por supuesto. De hecho la Armada sabía a ciencia cierta que el tsunami se había generado antes incluso de que las olas llegaran a tierra. Las unidades de la Armada que cumplieron con los protocolos y se hicieron mar adentro oportunamente, que no fueron todas, avisaron por radio que “se viene la mar”. El que esa información no haya llegado al SHOA es injustificable y deja de manifiesto una negligencia generalizada, que involucra a la Armada en su conjunto y por la cual debe responder su alto mando. Por ello, no es precisamente “valiente” el que se quiera resolver el asunto simplemente cortándole la cabeza al director del SHOA, organismo que evidentemente falló, pero que no tuvo el apoyo del conjunto de la institución. Si ese apoyo hubiese existido, el SHOA podría haber corregido oportunamente su error de apreciación y emitir una información útil.

Problemas de comunicación

Los informes que se han dado a conocer indican que las comunicaciones de la Armada colapsaron ¿Pero eso puede ser entendible dada la magnitud del sismo, casi sin precedentes en la historia?
Si bien el sismo fue de gran magnitud, sí tenía precedentes. El terremoto de Valdivia, ocurrido hace relativamente poco tiempo, fue de magnitud mayor y si uno revisa la historia sísmica de Chile, se encuentra con varios otros eventos similares. La Armada de Chile debería tener un sistema de comunicaciones con capacidad de resistir un impacto de este tipo. El sistema de comunicación de las Fuerzas Armadas debe tener incluso capacidad de resistir ataques dirigidos por fuerzas hostiles precisamente en su contra. No puede ser que se corte la luz y quede en el suelo. La verdad es que lo ocurrido deja en una situación muy incómoda a nuestra Armada ante sus similares en el mundo.
¿Y la incomunicación fue muy generalizada?
En efecto, el mismo informe de la Fiscalía Naval reconoce que no pudieron entregar la alarma. Si les creyésemos claro que enviaron alguna alarma en algún momento a alguien, más que a una mínima parte de sus destinatarios. Sólo 8 de 69 destinatarios. Llegamos al muy penoso extremo que el Almirante González, como el mismo ha reconocido, quedó absolutamente aislado en su residencia y sin posibilidad de ningún contacto con su institución. Eso, sencillamente, nunca, nunca puede ocurrir.

La verguenza de los superiores

¿Y es posible encontrar otras fallas en la Armada más allá de lo referente al SHOA y las comunicaciones?
Muchas y sólo con la información que hasta el momento es pública. Cuando se sepa toda la verdad seguramente tendremos muchos otros motivos de asombro. Por ejemplo, el comandante del submarino Carrera declaró a la prensa que antes de dirigirse a su nave, la que de acuerdo a los protocolos navales debía hacerse a la mar de inmediato para no ser afectada por las olas, debió preocuparse de trasladar a su familia a un lugar seguro en su automóvil y sólo entonces dirigirse al submarino. Es decir, un oficial de una unidad operativa que debía dirigirse de inmediato a cumplir con su deber, debe actuar como cualquier vecino y trasladar a su familia por sí mismo a un lugar seguro. Por supuesto que desde el punto de vista humano esa conducta es entendible, pero deja al desnudo que la Armada no contaba con ningún plan de contingencia en virtud del cual personal preparado de la institución se hiciera cargo de trasladar a todas las familias, de manera de liberar a los oficiales para que acudieran con la mayor prontitud posible a cumplir con su misión. Debe ser materia de la investigación penal y de la que realiza la Cámara determinar si esa tardanza del comandante del submarino en llegar a su nave fue determinante o no para que ésta fuera presa de las olas, pusiera en un riesgo mortal a toda su tripulación y en concreto, terminase con el submarino, una unidad de alto valor estratégico y que costó grandes recursos a todos los chilenos, con daños que aún no son informados con claridad.
¿Algún otro caso “ejemplar”?
Por cierto. Nos ha llamado mucho la atención el reconocimiento que la Armada dio a los tripulantes del transbordador Meteoro. Según la información que se ha dado a conocer, estaba de guardia en dicha unidad el marinero Palacios, de 20 años, dos grumetes aún menores y que llevaban menos de dos meses en la institución y otro marinero de especialidad peluquero. Ellos evaluaron la situación y tomaron la decisión de alejar el transbordador de la costa para salvarlo, lo que efectivamente lograron. Un hecho que debe llenar de orgullo a esos muchachos, pero que es una vergüenza para sus superiores. En efecto, ellos actuaron por su propia iniciativa, pues nunca recibieron una orden que los instruyese en algún sentido. Es decir, si estos muchachos, poco más que adolescentes, en medio del caos no son capaces de mantener la sangre fría, pensar correctamente y actuar con decisión, la Armada de Chile, nuevamente por responsabilidad de su mando, habría tenido que lamentar seguramente la pérdida de otra unidad. También debería haber una muy buena explicación para el hecho de que la misilera Chipana terminara arriba del muelle de Talcahuano.
Respecto de la población civil ¿Hubo localmente alguna cooperación de la Armada para su evacuación?
Ese es un punto tremendamente delicado. De acuerdo a la información disponible, en la mayor parte de las localidades no la hubo. Por ejemplo en Talcahuano, donde se evacuó a la población de la base naval, no hay noticias de que se haya dado la alarma, por ejemplo, mediante las sirenas de los barcos que, mientras se hacían a la mar para salvarse, debieron hacerlas sonar para alertar a la población civil. De acuerdo a los manuales de la ONEMI, que la Armada declaró conocer, entre otras medidas, debían lanzarse bengalas con paracaídas para alertar e iluminar a la población. Chile debe saber cuántas bengalas lanzó la Armada esa noche al cielo para iluminar el camino que en medio de la oscuridad, la devastación y el espanto, las familias buscaban para ponerse a salvo.

La justicia necesaria

¿Cómo evalúan la actitud del Almirante González durante la investigación?
Muy mal. Ha intentado salvar su cargo simplemente sacrificando a oficiales subalternos, ha intentado confundir a la opinión pública y ha tenido una actitud en extremo prepotente. Ha dicho, por ejemplo, que el fax del SHOA de las 04.07 no es ambiguo y que se ajusta, en su tenor, a los protocolos internacionales. Eso es falso. Ese fax es una cantinfleada, fue sólo un ruido que causó más confusión esa noche y algo de ese nivel no puede ajustarse a ningún protocolo internacional. Por otra parte, después de concurrir a la Comisión Investigadora de la Cámara, ha dicho que según él, el tema estaba “zanjado”. Va a tener que reconsiderar sus palabras, pues para muchos chilenos esto recién está empezando a ventilarse y no vamos a descansar hasta que se haga justicia. Aquí se han perdido vidas que pudieron salvarse si la información hubiese sido adecuada y esas personas hubiesen contado con auxilios absolutamente viables de ser prestados en terreno. Aquí, muchas unidades de nuestra Armada han resultado dañadas. Nada de eso se salva destituyendo a un oficial subalterno.
¿Y cuál creen ustedes que es la responsabilidad del ministro de Defensa Jaime Ravinet?
Al respaldar a González, Ravinet se ha transformado en un gran encubridor. El acto de mantenerlo en el cargo significa decirle al país que el alto mando de la Armada actuó correctamente. Está absolutamente claro que ello no fue así. El sismo y el tsunami sorprendieron a la Armada en un nivel de respuesta mínimo, absolutamente insuficiente. Dejó de manifiesto una gran falta de planificación y de ejercitación para enfrentar situaciones de emergencia completamente previsibles. Por eso, estamos convencidos de que González debe ser destituido y, con ello, debe darse una señal muy clara respecto de lo qué significa la responsabilidad del mando en las instituciones armadas chilenas, para que futuros mandos actúen en forma coherente con su alta responsabilidad. La destitución ya no ocurrió por decisión del Ejecutivo, que fue lo que debió suceder en cuanto se dio a conocer el informe de la Fiscalía Naval. Entonces, quien debe ejercer su autoridad ahora es el Congreso Nacional. Por ello estamos haciendo todas las gestiones para que al menos 10 diputados, que es lo que la Constitución exige, se decidan a presentar la correspondiente acusación constitucional en contra del Comandante en Jefe de la Armada. En el transcurso de ese juicio político y, en su carácter de encubridor, por cierto que también Ravinet tendrá que dar muchas explicaciones.

Diario Uno

 

No hay comentarios: