CHILE | Entrevista a Isabel Allende
Isabel Allende:'Siento dolor por las palabras de Richard Nixon'
Isabel Allende toca el féretro de su madre Hortensia Bussi, viuda de Salvador Allende. | Efe
Jorge Barreno | Santiago de Chile
"Vamos a derrocar al 'hijo de puta' de Allende", "hay que patearle el trasero", "es un estado fascista", "he decidido removerlo". Así de tajante se mostraba el presidente estadounidense en sus conversaciones en el Salón Oval de la Casa Blanca, tras el triunfo de la coalición de Salvador Allende, Alianza Popular, en las elecciones municipales de abril de 1971.
Salvador Allende.
Por primera vez se ha publicado una versión íntegra de los diálogos del presidente estadounidense con su consejero de Seguridad Nacional y posterior Secretario de Estado, Henry Kissinger. En los documentos se demuestra que el gobierno estadounidense estuvo directamente relacionado con el golpe de estado llevado a cabo por Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
El eterno dolor
"Hace muchísimos años que sabíamos lo ocurrido. La diferencia radica en que las sucesivas desclasificaciones habían estado siempre lastradas por las tachaduras. Se trata de una nueva transcripción más directa y explícita", manifiesta la política socialista chilena María Isabel Allende Bussi.La diputada y senadora por la región de Atacama, al norte de Chile, recuerda con dolor aquellos horribles años. "Después del golpe de estado estuvimos tres horas en La Moneda. No pudimos ir ni al entierro anónimo de mi padre. Sólo acudió mi madre. A nosotros nos metieron en un avión y nos mandaron para México, donde pasamos 16 años".
La hija de Salvador Allende, a quienes muchos confunden con una escritora, recuerda indignada la dureza inaudita de la dictadura pinochetista: "Nadie de la familia pudo volver por muchos años, ni si quiera mi tía con cáncer. Lo que hicieron con nosotros fue de una dureza implacable, deshumanizadora y dolorosa".
"Está claro que sin la ayuda estadounidense Pinochet nunca se hubiera alzado con el poder. Era muy triste tener un proyecto político y ver cómo lo saboteaban día a día. La situación del país era cada vez más crítica. A pesar de los esfuerzos de los estadounidenses por derrocarlo, y de la habilidad de la derecha chilena, el trabajo de los voluntarios fue excepcional", dice la senadora.
"La población se enervaba. Imagínate un país de 4.000 kilómetros de largo donde los camioneros están en huelga y no llegan los alimentos básicos, como la leche o los huevos. Sufríamos impotencia. Había muchos frentes abiertos y además la coalición opositora era cada vez más dura", añade.
"A Nixon le molestó mucho la decisión de mi padre de nacionalizar las empresas estadounidenses, sobre todo las dedicadas al cobre. Era un ser deshumanizado y egoísta que sólo pensaba en su economía capitalista", comenta la hija del ex mandatario chileno.
El control de los medios de comunicación
Ante la pregunta de ¿por qué este tema no ha salido a la luz antes?, Isabel Allende manifiesta: "En Chile la prensa y los medios de comunicación no tienen nada que hacer. Con la Concertación, curiosamente, se produjo un retroceso en cuanto a la libertad de prensa se refiere. Hoy no existen medios afines a la centro-izquierda. Y la derecha no tiene el menor interés en que se igualen las fuerzas comunicacionales"."Existe una total impunidad hacia el pasado reciente de Chile. Aún hay gente que justifica el régimen dictatorial en el que se llevaron a cabo los peores asesinatos de la historia de nuestro país", expresa con resignación la diputada.
En su opinión, la situación política actual está debilitada, aunque es mucho más estable: "Atravesamos unos momentos difíciles en los que hay una escasez de ideas políticas fuertes. Por lo menos no vivimos en un mundo polarizado y existe una mayor conciencia y hay organismos unilaterales. No hay lugar para que se produzcan golpes de estado como el que hubo en Chile".
La diputada y senadora se siente tranquila a pesar del dolor que se instaló en su corazón: "Si de algo ha servido todo lo que ha pasado es para que tanto la sociedad civil como los militares se hayan dado cuenta de los costos que suponen las rupturas democráticas. No es posible que suceda otra vez lo mismo en el Chile de hoy o en el de mañana".
El Mundo
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