Punto Final, Nº817 – Desde el 14 al 27 de noviembre de 2014.
"Allende. Crónica de una tragedia anunciada"
A través de los artículos de “Punto Final”.
"Allende. Crónica de una tragedia anunciada"
A través de los artículos de “Punto Final”.
Aleida Guevara March destacó la vigencia de los artículos de “Punto Final” del periodo 1970-73.
En la Feria Internacional del Libro de Santiago se presentó la obra "Allende. Crónica de una tragedia anunciada" que contiene una recopilación de artículos de Punto Final del periodo 1970-73, y una entrevista a su director, Manuel Cabieses. Editado por Ocean Sur -que lo distribuye en América Latina- el libro, de 500 páginas, lleva un prólogo del periodista Juan Jorge Faundes, compilador de los artículos de PF quien a la vez entrevistó al director de la revista.(*)
En el lanzamiento del libro hablaron la doctora Aleida Guevara March, hija del Comandante Ernesto Che Guevara, y el economista chileno Rafael Agacino.
Entre los artículos que se incluyen hay editoriales de PF del periodo en que se gestó el golpe de Estado y notas de sus redactores de entonces, Mario Díaz, Augusto Olivares, Augusto Carmona, Jaime Faivovich, Carmen Correa, Pedro Vuskovic, Hernán Uribe, Nicolás García Moreno, René Balart, etc.
En la presentación del libro Aleida Guevara destacó la utilidad que tiene conocer la historia previa al golpe de Estado en Chile. “Constituye una enseñanza muy profunda -dijo- para los países que transitan el camino de profundas transformaciones sociales y políticas”.
La exposición de fondo estuvo a cargo de Rafael Agacino, que puso de relieve que en sus editoriales y artículos de 1970-73, PF “intenta interpretar la coyuntura política inmediata por la que va atravesando el país y, sobre todo, exponer las implicancias para la acción política que se deducen de esa interpretación”.
Más adelante expuso Agacino: “La línea de PF, siendo crítica del reformismo, es decir, del intento de transitar al socialismo por la vía del gradualismo y el consenso fundado en una alianza con un bloque patronal nacional opuesto a los monopolios y el imperialismo, alertaba sobre lo que era ya de suyo evidente: la férrea oposición y conspiración que las clases dominantes y el imperialismo desplegaban por todos lados”.
Luego del 29 de junio de 1973 (rebelión del Regimiento Blindado Nº 2), PF llamaba en su editorial a actuar de inmediato. “Diríase -comentó Agacino- que era el momento preciso para una contraofensiva popular que diera un mazazo al golpe y a los sediciosos... Pero ello requería movilización popular autónoma y una dirección política revolucionaria capaz de imponerse al reformismo interesado solo en mostrar que las instituciones burguesas funcionaban de acuerdo a la Constitución y las leyes, precisamente aquellas que los golpistas, incluyendo la dirección de la Democracia Cristiana, acababan de romper. Era uno de esos momentos cuando toda la realidad se vuelve política. Esos instantes estelares de la lucha de clases que pocas veces nos ofrece la Historia y que demandan acción y audacia. No sería así, y la iniciativa pasaría otra vez a manos del golpismo”.
Más adelante Rafael Agacino señaló: “Las clases dominantes y el imperialismo se jugaron por dar un golpe mortal al movimiento popular y de trabajadores, que por décadas había acumulado experiencia y desarrollado niveles de organización y conciencia que les había permitido lograr un gobierno y poner a la orden del día la posibilidad -aunque fuera en el discurso- de una sociedad socialista. La burguesía y el imperialismo no detuvieron la conspiración. Por el contrario, la aceleraron hasta sus últimas consecuencias... La clase dominante acumulaba el odio de clase necesario para lacerar, exterminar y hacer desaparecer los cuerpos de quienes se habían atrevido a levantarles la voz. Y en esos instantes, la Izquierda revolucionaria, tomada por sorpresa, se muestra incapaz de ir más allá de Allende, de contradecir su magnífico discurso desde La Moneda acosada, de superar la fuerza del reformismo y convocar a las masas a tomarse las calles, las fábricas, a combatir en defensa del proceso. Por esto y por todo lo anterior, el título del libro que comentamos no solo evoca una tragedia anunciada para Allende y su gobierno, sino una tragedia para el conjunto de los trabajadores y el movimiento popular, y a fin de cuentas, una tragedia para la misma sociedad chilena”.
En el lanzamiento del libro hablaron la doctora Aleida Guevara March, hija del Comandante Ernesto Che Guevara, y el economista chileno Rafael Agacino.
Entre los artículos que se incluyen hay editoriales de PF del periodo en que se gestó el golpe de Estado y notas de sus redactores de entonces, Mario Díaz, Augusto Olivares, Augusto Carmona, Jaime Faivovich, Carmen Correa, Pedro Vuskovic, Hernán Uribe, Nicolás García Moreno, René Balart, etc.
En la presentación del libro Aleida Guevara destacó la utilidad que tiene conocer la historia previa al golpe de Estado en Chile. “Constituye una enseñanza muy profunda -dijo- para los países que transitan el camino de profundas transformaciones sociales y políticas”.
La exposición de fondo estuvo a cargo de Rafael Agacino, que puso de relieve que en sus editoriales y artículos de 1970-73, PF “intenta interpretar la coyuntura política inmediata por la que va atravesando el país y, sobre todo, exponer las implicancias para la acción política que se deducen de esa interpretación”.
Más adelante expuso Agacino: “La línea de PF, siendo crítica del reformismo, es decir, del intento de transitar al socialismo por la vía del gradualismo y el consenso fundado en una alianza con un bloque patronal nacional opuesto a los monopolios y el imperialismo, alertaba sobre lo que era ya de suyo evidente: la férrea oposición y conspiración que las clases dominantes y el imperialismo desplegaban por todos lados”.
Luego del 29 de junio de 1973 (rebelión del Regimiento Blindado Nº 2), PF llamaba en su editorial a actuar de inmediato. “Diríase -comentó Agacino- que era el momento preciso para una contraofensiva popular que diera un mazazo al golpe y a los sediciosos... Pero ello requería movilización popular autónoma y una dirección política revolucionaria capaz de imponerse al reformismo interesado solo en mostrar que las instituciones burguesas funcionaban de acuerdo a la Constitución y las leyes, precisamente aquellas que los golpistas, incluyendo la dirección de la Democracia Cristiana, acababan de romper. Era uno de esos momentos cuando toda la realidad se vuelve política. Esos instantes estelares de la lucha de clases que pocas veces nos ofrece la Historia y que demandan acción y audacia. No sería así, y la iniciativa pasaría otra vez a manos del golpismo”.
Más adelante Rafael Agacino señaló: “Las clases dominantes y el imperialismo se jugaron por dar un golpe mortal al movimiento popular y de trabajadores, que por décadas había acumulado experiencia y desarrollado niveles de organización y conciencia que les había permitido lograr un gobierno y poner a la orden del día la posibilidad -aunque fuera en el discurso- de una sociedad socialista. La burguesía y el imperialismo no detuvieron la conspiración. Por el contrario, la aceleraron hasta sus últimas consecuencias... La clase dominante acumulaba el odio de clase necesario para lacerar, exterminar y hacer desaparecer los cuerpos de quienes se habían atrevido a levantarles la voz. Y en esos instantes, la Izquierda revolucionaria, tomada por sorpresa, se muestra incapaz de ir más allá de Allende, de contradecir su magnífico discurso desde La Moneda acosada, de superar la fuerza del reformismo y convocar a las masas a tomarse las calles, las fábricas, a combatir en defensa del proceso. Por esto y por todo lo anterior, el título del libro que comentamos no solo evoca una tragedia anunciada para Allende y su gobierno, sino una tragedia para el conjunto de los trabajadores y el movimiento popular, y a fin de cuentas, una tragedia para la misma sociedad chilena”.
ENTREVISTA AL DIRECTOR
La entrevista a Manuel Cabieses ocupa 37 páginas del libro.
Juan Jorge Faundes le pregunta:
A propósito de Colombia y Venezuela, ¿la vía armada, la guerrilla, el foco guerrillero están obsoletos, fuera de época, son una estrategia válida?
“Creo que está claro que en este momento no es la forma principal de lucha que tienen los pueblos; han ocurrido muchas cosas en el mundo en general, como la desaparición del mal llamado campo socialista. Y las experiencias en América Latina. Y la realidad actual: la vía armada no está a la orden del día como la forma principal de lucha. Pero de ahí a sostener que la guerrilla está obsoleta, que hay que olvidarse de eso...Yo creo que no hay que olvidarse para nada de eso; puede llegar el momento, y así ocurre en la Historia, ciclos, retrocesos, avances, que la vuelvan a poner a la orden del día. Naturalmente será en otras condiciones, en otras formas, dada la experiencia recogida.
Pero en el fondo de lo que tu planteas, de lo que preguntas, está latente más que la guerrilla, el factor armado; de si en un proyecto revolucionario sigue siendo válido el factor armado. Yo creo que sí. En Venezuela el factor armado es el apoyo de las fuerzas armadas, y se ha dado un paso más con la creación de las milicias, cosa muy importante. En Venezuela se concretiza esta idea en el ejército constituido, en las fuerzas armadas. En otros casos será de otra manera. Pero no tener en cuenta el factor armado es darle la espalda a la Historia, a la realidad del mundo en que vivimos. El factor armado -como el factor político, el factor ideológico, el factor organizativo- creo que es absolutamente indispensable en una estrategia revolucionaria, aunque tome distintas formas en distintos periodos históricos, en distintas situaciones nacionales”.
La entrevista a Manuel Cabieses ocupa 37 páginas del libro.
Juan Jorge Faundes le pregunta:
A propósito de Colombia y Venezuela, ¿la vía armada, la guerrilla, el foco guerrillero están obsoletos, fuera de época, son una estrategia válida?
“Creo que está claro que en este momento no es la forma principal de lucha que tienen los pueblos; han ocurrido muchas cosas en el mundo en general, como la desaparición del mal llamado campo socialista. Y las experiencias en América Latina. Y la realidad actual: la vía armada no está a la orden del día como la forma principal de lucha. Pero de ahí a sostener que la guerrilla está obsoleta, que hay que olvidarse de eso...Yo creo que no hay que olvidarse para nada de eso; puede llegar el momento, y así ocurre en la Historia, ciclos, retrocesos, avances, que la vuelvan a poner a la orden del día. Naturalmente será en otras condiciones, en otras formas, dada la experiencia recogida.
Pero en el fondo de lo que tu planteas, de lo que preguntas, está latente más que la guerrilla, el factor armado; de si en un proyecto revolucionario sigue siendo válido el factor armado. Yo creo que sí. En Venezuela el factor armado es el apoyo de las fuerzas armadas, y se ha dado un paso más con la creación de las milicias, cosa muy importante. En Venezuela se concretiza esta idea en el ejército constituido, en las fuerzas armadas. En otros casos será de otra manera. Pero no tener en cuenta el factor armado es darle la espalda a la Historia, a la realidad del mundo en que vivimos. El factor armado -como el factor político, el factor ideológico, el factor organizativo- creo que es absolutamente indispensable en una estrategia revolucionaria, aunque tome distintas formas en distintos periodos históricos, en distintas situaciones nacionales”.
Pedro Fernández
(*) El libro está a la venta en la librería América Nuestra, Patio Bellavista, local 11. Desde provincias solicitar al correo contacto@oceansur.cl
(Publicado en “Punto Final”, edición Nº 817, 14 de noviembre, 2014)
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1 comentario:
Interesante y lucido el análisis del libro. De original NADA, muchos, al margen del heroísmo y la consecuencia de Allende, lo hemos sostenido. Opinar sobre un proceso fracasado en la realidad es bastante fácil. ;lo difícil es analizar objetivamente las causas de ese fracaso. Nuevamente estamos cayendo en la verbalizacion de una supuesta realidad. Nos parece estar viendo al MIR desfilando por las calles de Santiago al calor de "Mir conciencia y fusil" ( Lo que no se dice que los fusiles eran palos de escoba). El daño que la politica verbalista, alejada de la realidad, hizo al proceso ,creo, que honestamente requiriria una autocritica muy severa de aquellos sectores que todavia hoy se sienten interpretados por Punto Final. El analisis del p`roceso mas importante y significativo que la sociedad chilena ha vivido en su historia, la /Unidad Popular, requiere bastante mas seriedad que la reproducción de opiniones dadas hace 40 años , en otro contexto. Sin duda importantes pero incompletas. Que Aleida haga la propaganda del libro,creo que tiene un problema basico. Ella deberia preocuparse de analizar el fracaso de los procesos que encabezó su padre y que lamentablemente fracasaron. Ser hija del Che es una carga muy pesada por el enorme significado del ejemplo del Che, pero en la realidad sólo es un hecho biologico, al que accede Aleida, obviamente, sin ninguna voluntad de que ocurra.
Sostener ,como lo hace Cabieses, que no hay que olvidar las guerrillas, que "pueden reaparecer ", es de una obviedad que ataca la inteligencia. Seria como decir que no que olvidar la Revolucion Rusa, La Comuna de Paris o la Revolucion francesa.. Creo que lo primero que debe hacer un izquierda honesto y dispuesto a explorar la realidad, es preguntarse: ¿Que hice o hago por ese proceso fracasado? ¿Entregué toda mi capacidad a su triunfo? ¿Mantengo un pensamiento ideológico en favor del Socialismo? ¿No me he dejado captar por las miles de opiniones y conductas que favorecen el triunfo y asentamiento del Capitalismo ?
Preguntas basicas a que debemos responder con franqueza: ¿Era posible crear en el Chile 1970 una fuerza armada popular, alternativa a la F.A. institucional? ¿Aramar al Pueblo era posible y compatible con el elemento basico del Programa de la U.P.) (Transcision pacifica y en libertad con respeto a todas las creencias e ideologías) ¿Cual ha sido el destino de todas las experiencias militares-populares victoriosas en algunos paises o regiones? En fin, creo que a mi me pasa lo que a muchos comnpañeros que leeran ARA. Sueño, tengo esperanzas, en que un mundo diferente, solidario e igualitario es necesario y posible; pero en ese proposito se avanzara mas si tenemos franqueza para la autocritica y trabajamos con los pies en la tierra y dejamos de lado consignas fracasadas y viejas. Un cordial abrazo. Oscar Soto Guzman.
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