Oscar Soto
El próximo 15 de diciembre el
electorado chileno votará, en segunda vuelta, entre Bachelet o Matthei, quien será la Presidenta de Chile,
durante los 4 años siguientes que se inician en marzo del 2014. Esta decisión
es consecuencia de los resultados obtenidos el 17 de noviembre reciente, en la
primera vuelta, entre las distintas ocho
opciones presidenciales ofrecidas al electorado. Bachelet obtuvo un 47% y
Matthei un 25%, por lo cual es muy probable que la primera , con facilidad gane
e para ser elegida.
Chile, ha tenido un período
post-Pinochet, bastante curioso. En el
plano económico, una expansión importante. Desde 1990 a la actualidad su renta
per-cápita ha pasado de 5000 a 20.000 dólares anuales . Sus tasas de
crecimiento anuales rondan el 5%; la inflación está en el 3%; se crean puestos
de trabajo y la inversión privada en el 2013
fue del 27% de PIB. Se podría afirmar, el país ideal. Sin embargo, la
gran mayoría de los chilenos no opina así, ya que no gozan de los beneficios económicos relatados. Los
niveles de desigualdad son enormes, éticamente inconcebibles. Mas del 80% de
los 18 millones de chilenos, no recibe estas ganancias. La diferencia entre el mayor y menor ingreso
personal está en 250, que es lo que
ganan los ricos, comprados con los pobres.
Desde el punto de vista político, el país se sigue rigiendo por la
Constitución de 1980, impuesta durante la dictadura de Pinochet, en sus
aspectos fundamentales. Las elecciones periódicas están basadas en el llamado sistema binominal
que garantiza un poder de veto a la coalición que obtenga sólo un tercio de la
votación. Esto ha significado que la Derecha
se haya casi igualado en número de representantes en el Senado ( 38 son
el total) y en la Cámara de Diputados (120 son el total), con las fuerzas de
centro-izquierda. Es decir, no funciona la representación popular proporcional,
que caracteriza a las democracias. La
propia Constitución fija quórums muy difíciles
de alcanzar para modificar legalmente la mala situación de la educacion,la salud , la previsión social y naturalmente los Impuestos.
Para hacer modificaciones en la Constitución de 1980 ,los quórum requeridos son
casi imposibles de alcanzar sin un acuerdo con la Derecha, que defiende los
privilegios que esta le otorga.
La Concertación de Partidos por la Democracia, que ha
gobernado durante 20 años no ha tenido
voluntad política para modificar estas situaciones, y ha caído en la trampa de
incorporarse al sistema, haciendo suyos muchos de los planteamientos de la
Derecha. Quienes lucharon contra la dictadura Pinochetista y aquellos
ciudadanos de pensamiento democrático, que no toleran los privilegios y las
grandes desigualdades, han buscado alternativas, apoyados en el fuerte
movimiento de los estudiantes y en la
exigencia de Una Asamblea
Constituyente, al margen de los tradicionales partidos políticos, que modifique
la Constitución.
En
torno a Bachelet se ha configurado una coalición llamada Nueva Mayoría, que
tiene como novedad, la incorporación a ella del Partido Comunista. Los
resultados electorales, del 17 de noviembre de este año, le han otorgado 68 diputados y ha acumulado 21 Senadores (en esta elección se elegía sólo
una parte del Senado). Esta nueva
representación le permite abordar con éxito algunas cosas importantes: educación ,salud, reforma laboral y
tributaria, sin necesidad de modificar
la Constitución. Para abordar, esta otra cuestión, fundamental para el
futuro democrático del país, requerirá diálogos
y acuerdos con sectores de la Derecha,
en especial del Partido Renovación Nacional, que en algunas ocasiones se ha
distanciado de la extrema y pinochetista Derecha, o recurrir al plebiscito con
participación de toda la ciudadanía. Difícil
y complicada tarea para Bachelet y Nueva Mayoría, porque los procesos de cambio
ya no se pueden retrasar ni menos transar.
En aquellas personas y dirigentes
que apoyaron a Marco Enríquez, Marcel
Claude e incluso Aldo Parisi , que
fueron categóricos en la necesidad
de cambios importantes y significativos, se ha estado poniendo el
énfasis en cuestiones , que creo, siendo verdaderas, dificultan el avance de la
gran mayoría del pueblo hacia estos objetivos. Se hace mucha mención de la gran
abstención que se produjo en la primera
vuelta electoral, cosa habitual en todos las elecciones desde 1990, y
que debe ser un aspecto, muy
preocupante en cualquiera democracia cualquiera sean las causas que lo origina.
Desgraciadamente, esta afirmación es también mencionada por personeros de la
Derecha para descalificar el eventual triunfo de Bachelet. Por otra parte, hay
muchos factores, para esperar, incluso, una mayor abstención en la segunda
vuelta.
Chile puede comenzar a vivir un
nuevo siclo económico y social a partir del 15 de diciembre del 2013. Esto requiere un firme compromiso de” Nueva Mayoría” y Bachelet con los cambios, que no son el”1er paso al
socialismo” como augura, entronizando el miedo, la Derecha ; sino que son
medidas básicas en un sistema realmente democrático, en que el énfasis se ponga en la mejoría de las condiciones
económicas de los pobres, y el país recupere su autonomía e independencia para disponer de sus riquezas mineras y
otras. Educación, Cultura, Salud,
Mapuches, Medio Ambiente, etc,etc. Son tareas y programas postergados, necesarios
y vitales. Vencer a la Derecha, su
ideología y el régimen político entronizado por ella.. Vencer las reticencias,
los miedos y el espíritu
conservador hegemónico en la
Concertación. Dar paso a la juventud y a las nuevas generaciones que empujan el
cambio. Propósitos difíciles de cumplir, pero,
que si no se hacen hoy, alejan por
mucho tiempo las expectativas de un sistema político, democrático, justo
e igualitario. Bachelet, si triunfa, debe recoger el desafío y con su
experiencia abrir el camino para una
nueva sociedad chilena.
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