Compañero de celda del padre de Michelle Bachelet en la antigua Cárcel Pública, el alto oficial de la FACH falleció en la ciudad de Lieja, donde se radicó en 1976. El régimen militar le retiró la nacionalidad por su trabajo en DDHH. "Me sentí condecorado por Pinochet", decía él con ironía.
Viernes 25 de noviembre de 2011| por Nación.cl - foto: Archivo Nación.cl
En Lieja, Bélgica, falleció el general de la FACH Sergio Poblete, compañero de celda en dictadura de Alberto Bachelet, el padre de la ex Presidenta Michelle Bachelet.
Poblete fue apresado tras el golpe de Augusto Pinochet del 11 de septiembre de 1973, torturado en la Academia de Guerra Aérea, y enviado a la Cárcel Pública de Santiago.
Durante su presidio, el general Bachelet "falleció en la Cárcel
Pública en una celda conjunta a la mía", como consecuencia de las
torturas recibidas, contó Poblete en una entrevista de 2006 a La
Nación.
La dictadura abrió contra los uniformados un proceso en su contra, caratulado como "Aviación contra Bachelet y otros". Todos fueron acusados de "sedición y traición a la patria",
imputándoles haber realizado actividades políticas durante los últimos
meses de la Unidad Popular, a favor de Salvador Allende y su Gobierno.
En 1976, Poblete se radicó en Lieja, tras ser enviado al exilio. En Europa, el general se convirtió en una voz de denuncia de la dictadura.
"Realicé múltiples gestiones ante diversos organismos, entre ellos la
ONU, testificando ante la Comisión de Derechos Humanos. Denuncié mi caso
y el de todos los chilenos reprimidos brutalmente por los militares",
relataba en la misma entrevista, donde calificaba al Gobierno de
Pinochet como un "régimen militar fascista".
El régimen le privó de la nacionalidad mediante un decreto supremo de 1977. "Y aunque pueda extrañar, me consideré condecorado por Pinochet" contó en la misma entrevista.
Poblete volvió en 2006 a Chile, invitado especialmente por Michelle Bachelet para su ceremonia de asunción presidencial, al igual que otros ex compañeros de armas de Alberto Bachelet.
⺠LEA LA ENTREVISTA AL GENERAL POBLETE A LA NACIÓN EN 2006: "Me sentí condecorado por Pinochet cuando me quitó la nacionalidad"
"Me sentí condecorado por Pinochet cuando me quitó la nacionalidad"
Acusado de promover la sedición, fue condenado por la FACH a 10 años de cárcel, conmutados por extrañamiento. Desde mediados de los '70 vive en Bélgica, donde supo que la dictadura le revocó su calidad de chileno por "antipatriota". Amigo del general Alberto Bachelet, volverá al país para asistir al cambio presidencial. A continuación, la historia de este invitado de honor.
Viernes 10 de marzo de 2006
Francisco Ramírez
El general (R) Sergio Poblete
Garcés es un ícono viviente de la defensa de los derechos humanos.
Denunció a nivel mundial los abusos cometidos por la dictadura y por
ello se le privó de la nacionalidad mediante un decreto supremo de 1977.
Lleva tres décadas viviendo en la
ciudad de Lieja, Bélgica. A sus 85 años, recibió con sorpresa la
invitación formal que se le entregó vía consular para venir al cambio de
mando presidencial del 11 de marzo en que asumirá Michelle Bachelet.
Mientras conversa con La Nación, afina los preparativos para viajar a
mediados de semana junto a su hija.
Poblete acompañó en el momento de
su muerte al general Bachelet a comienzos del '74. Le recuerda con
aprecio, al igual que a su esposa, Angela Jeria, y su hija Michelle.
"Desde ya, le envío un saludo leal y afectuoso, como amigo y camarada de
su padre. Le presento mis respetos y le deseo éxito para un gobierno
que me llena de esperanzas".
- Su visita se registra cuando
comienza un cuarto Gobierno democrático. ¿Cómo imagina este país que no
ve desde los años más cruentos de la dictadura?
- Después de treinta años al fin
puedo volver al país como chileno. Fui al país para el plebiscito del
'88, pero como se me había quitado la nacionalidad lo hice con un
pasaporte que me otorgó la Organización de Naciones Unidas (ONU) y otro
el gobierno belga. No pude votar por razones obvias, pero colaboré como
pude en el triunfo del No. Recuerdo un país con gente entusiasmada por
derrotar a Pinochet. Ha pasado mucho tiempo. Si bien no conozco el Chile
actual, estoy completamente enterado de todo lo que sucede allá, pierda
cuidado...
- Un camarada de armas suyo,
también encarcelado y procesado por la Fach, el capitán Raúl Vergara,
asumirá como subsecretario de Aviación. ¿De qué manera su designación
contribuye a profundizar el contacto generacional en esta rama
castrense?
- Vergara es un hombre con los
pantalones bien puestos. Sin duda, tomará las medidas precisas para un
mejor desarrollo de la Fuerza Aérea. Me produce una enorme alegría su
nombramiento, que reconoce su capacidad militar, profesional y humana.
Todos quienes le conocimos en los momentos duros debemos estar
contentos. Le deseo muy buena suerte.
- ¿Qué espera del reencuentro con sus viejos camaradas?
- Me da gran felicidad. He
esperado mucho para reunirme con ellos, a quienes respeto por haber sido
leales a su juramento de soldados democráticos y respetuosos de las
autoridades legalmente constituidas, a diferencia de quienes dieron un
golpe de Estado para sacar provecho.
PINOCHET NO FUE EL UNICO
- En su paso por la Academia de
Guerra Aérea (AGA) fue torturado y humillado por subalternos, entre
ellos el fiscal de Aviación, Orlando Gutiérrez. ¿Es efectivo que le
indicó que recibía "órdenes superiores"; vale decir, de Pinochet?
- Así fue. Me lo dijo, pero sin
mayores explicaciones, satisfecho con la misión que le habían asignado.
Ello pese a haber sido mi subalterno, como muchos torturadores de la
AGA, enloquecidos por el poder y la facultad de aplicar técnicas que no
habían podido ejecutar.
- En el exilio dio a conocer internacionalmente lo que sucedía en
Chile, argumento usado por el Gobierno para privarle de la nacionalidad.
¿Cómo recibió tal resolución?
- Realicé múltiples gestiones ante diversos organismos, entre ellos
la ONU, testificando ante la Comisión de Derechos del Hombre. Denuncié
mi caso y el de todos los chilenos reprimidos brutalmente por los
militares. Y aunque pueda extrañar, me consideré condecorado por
Pinochet cuando me quitó la nacionalidad mediante un decreto Supremo que
reconocía mi trabajo contra su régimen militar fascista.
-El octogenario militar no es sólo investigado por violaciones a
los derechos humanos, sino también por delitos económicos en el caso
Riggs. ¿Le sorprendió esta faceta de su accionar?
-Es que el dictador Pinochet -llamémoslo por su nombre- se
aprovechó de las franquicias que se otorgó para "chuparle la sangre" al
pueblo chileno en beneficio personal y de su familia. Pero no fue el
único. Muchos disfrutaron de estafas y regalías, entre ellos,
embajadores, agregados militares y jefes de servicio en el extranjero,
aún no investigados por la justicia, que espero le devuelva al pueblo
parte de lo que le robaron militares y civiles, pues hubo sinvergüenzas
en ambos bandos.
-El ministro Secretario General de Gobierno Osvaldo Puccio sostuvo
que durante 17 años las Fuerzas Armadas se formaron con valores
"distantes del honor militar y la fortaleza moral". ¿Comparte tal
juicio?
- Completamente. Deshonraron a toda la institucionalidad y al país
mismo, mediante una política de represión, caracterizada por asesinatos,
tortura y otros delitos, con facciones civiles aliadas como el
movimiento Patria y Libertad.
- Michelle Bachelet planteó que en su Gobierno "no habrá olvido" al
conmemorar al dirigente sindical Tucapel Jiménez. ¿Qué espera del
futuro Gobierno en materia de justicia y reparación de las violaciones
de los derechos humanos?
- No sólo espero, estoy seguro de que la Presidenta Bachelet, hija
de un amigo general que falleció en la Cárcel Pública en una celda
conjunta a la mía, sólo quiere que la Justicia actúe. Es una mujer
capaz, valiosa e inteligente, con una decencia que es la mejor garantía
de que así sucederá. LN
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